Una segunda oportunidad para mi mamá

Hola, mi nombre es Luz. Soy mexicana y actualmente vivo en Montpellier, Francia, con mi madre y mi padre. Hoy escribo estas palabras con el corazón en la mano, en uno de los momentos más difíciles de nuestras vidas, para pedir tu ayuda.

Hace dos meses, mi madre salió de una operación muy delicada. Ahora necesita, cuidados constantes y cubrir una serie de gastos médicos que simplemente no podemos afrontar. Yo no puedo trabajar porque debo estar con ella las 24 horas del día: ayudándola, apoyándola física y emocionalmente en su recuperación, encargándome de las tareas del hogar, del cuidado de nuestra perrita y asistiendo a las enfermeras cada mañana cuando vienen a curarla.

El cirujano nos dijo que mi madre se salvó de morir, y que incluso corría el riesgo de tener cáncer. Afortunadamente, sobrevivió, pero aún nos queda un largo camino por recorrer: deberá pasar por más procesos médicos y su próxima cirugía está programada para septiembre. La recuperación será larga, dolorosa y costosa.

Mi padre es albañil. Se levanta todos los días a las 5 de la mañana para ir a trabajar, incluso cuando está lesionado o enfermo. Él es el único sostén económico del hogar, pero su salario no alcanza para cubrir todo lo que estamos enfrentando.

Nuestros gastos se han desbordado:

Consultas médicas.

Comida, que cada vez es más difícil de costear.

Servicios básicos como luz, gas y agua.

Nuestro refrigerador está tan viejo que la puerta se cae, pero no tenemos cómo reemplazarlo.

Nuestro coche dejó de funcionar hace tiempo y no podemos repararlo ni comprar otro.

Nuestra perrita también se enfermó, y apenas pudimos costear su tratamiento.

Yo misma he tenido que posponer atender mis propios dolores físicos por falta de dinero.

Además, mi hermana sigue en México, lo cual le duele profundamente a mi madre. En momentos tan difíciles como estos, mi hermana debería poder acompañarla, pero el dinero es el único impedimento, y eso es desgarrador.

Ella vive en condiciones muy difíciles, sin estudios, y trabaja en lugares donde abusan de sus derechos laborales. El dinero no le alcanza para cubrir sus necesidades básicas, y mi madre, incluso estando enferma, trata de mandarle lo poco que puede para ayudarle a pagar la renta. Ella está sola, sin apoyo real, enfrentando a diario la inseguridad y la violencia de un país que no ofrece garantías para una vida digna.

Estamos luchando con todas nuestras fuerzas, pero ya no podemos más solos. Por eso, humildemente, pedimos tu ayuda. Cualquier donativo, por pequeño que sea, nos dará un respiro: para cuidar la salud de mi madre, para tener comida en la mesa, para reparar lo básico en casa y, quizás, con el tiempo, reunirnos como familia.

Gracias por leer, por compartir y por darnos un poco de esperanza.

Con cariño y gratitud,

Luz