Stand with Cynthia to Protect Amanda

Help Me Bring Amanda Home

Dear Friends and Family,

I am reaching out to you today with a heavy heart and a desperate plea for help. For years, I endured coercive control, emotional and psychological abuse at the hands of my ex-husband. I fought to create a safe, stable, and loving home for my daughter, Amanda, despite the pain and hardship I faced. When I gave birth to her—while I was on the brink of losing my own life—I made a solemn promise: I would always protect her, fight for her, and ensure she had the best life possible.

Through the years, I have worked tirelessly to be the best mother I can be for Amanda. I have sacrificed, persevered, and loved her unconditionally. However, my ex-husband—who abandoned me during pregnancy which resulted in a miscarriage on December of 2023– has made it his mission to hurt me through lies, manipulation, and control. He has stalked, monitored, and harassed me to the point where I had to hide just to find peace. And yet, he still found a way to fight for custody of Amanda.

On December 3rd 2024 -In just fifteen minutes during our first court hearing, primary custody was granted to him. This decision has caused Amanda immense instability—her education has suffered, her home life has been upended, and her overall well-being has been disregarded for his personal convenience. Instead of providing her with a secure, stable home, he has moved into his girlfriend’s house, where Amanda is forced to live with three adolescent children who have shown a lack of discipline, values, and proper behavior.

What’s worse, he is isolating Amanda from me and from the family and friends who have loved and cared for her since birth. He is disregarding her emotional needs, her education, and even her religious beliefs, causing her deep distress. I see it in her eyes—I hear it in her voice—my baby girl is hurting, and I cannot stand by and let this continue. As her mother, I refuse to give up on her.

I am a very private person and have always kept my family matters, especially those involving Amanda, private. However, I have reached a point where I realize that I have done everything within my power to continue this battle alone, and I simply cannot anymore. I must be honest with myself, set aside my pride, and humbly reach out to you today to ask for help.

I realize that I am not perfect—I have made my share of mistakes, as any human would—but I have strived to correct them and be better for my daughter, no matter what. I stand FIRM, I stand FAITHFUL, waiting for God and for justice to be served because this has surpassed any abuse imaginable. No child should have to be the sacrifice for a parent's benefit, or convenience, no child should endured this kind of pain and abuse.

The financial burden of this fight has been overwhelming. I have exhausted every possible resource to keep up with attorney fees, which have now surpassed $40,000. But I cannot stop. No matter what, I will continue to fight for Amanda—not because it is my duty, but because it is my greatest desire to see her thrive, to help her become the amazing young woman that God intended her to be.

Today, I come to you vulnerable, humbled, and unashamed to ask for your support. If you are able to contribute financially to help me continue this battle, I would be forever grateful. Every dollar brings me closer to bringing Amanda home, to restoring her sense of security, love, and stability. If you cannot contribute financially, I ask for your prayers, your words of encouragement, and your support in any way possible.

Amanda belongs with her mother, with the family that loves her, in a home that nurtures her growth and happiness. I will not stop fighting until justice is served, and I humbly ask you to stand with me in this fight.

With all my heart, thank you.

Cynthia

Queridos Amigos y Familia,

Hoy me dirijo a ustedes con un corazón pesado y una súplica desesperada por ayuda. Durante años, soporté el control coercitivo, el abuso emocional y psicológico a manos de mi exesposo. Luché para crear un hogar seguro, estable y amoroso para mi hija, Amanda, a pesar del dolor y las dificultades que enfrenté. Cuando di a luz a Amanda—mientras estaba al borde de perder mi propia vida—hice una promesa solemne: siempre la protegería, lucharía por ella y me aseguraría de que tuviera la mejor vida posible.

A lo largo de los años, he trabajado incansablemente para ser la mejor madre posible para Amanda. He sacrificado, perseverado y la he amado incondicionalmente. Sin embargo, mi exesposo—quien me abandonó durante el embarazo, lo que resultó en un aborto espontáneo en diciembre de 2023—ha hecho de su misión lastimarme a través de mentiras, manipulación y control. Me ha acosado, monitoreado y hostigado hasta el punto de que tuve que esconderme para encontrar paz. Y aun así, encontró la manera de luchar por la custodia de Amanda.

El 3 de diciembre de 2024, en solo quince minutos durante nuestra primera audiencia en la corte, se le otorgó la custodia primaria. Esta decisión ha causado una inmensa inestabilidad para Amanda: su educación ha sufrido, su vida en el hogar ha sido trastornada y su bienestar general ha sido ignorado por la conveniencia personal de su padre. En lugar de proporcionarle un hogar seguro y estable, se ha mudado a la casa de su novia, donde Amanda está obligada a vivir con tres adolescentes que han demostrado una falta de disciplina, valores y comportamiento adecuado.

Lo que es aún peor, la está aislando de mí y de la familia y amigos que la han amado y cuidado desde su nacimiento. Está ignorando sus necesidades emocionales, su educación e incluso sus creencias religiosas, causándole una angustia profunda. Lo veo en sus ojos, lo escucho en su voz—mi niña está sufriendo, y no puedo quedarme de brazos cruzados y permitir que esto continúe. Como su madre, me niego a rendirme.

Soy una persona muy reservada y siempre he mantenido en privado los asuntos de mi familia, especialmente los que involucran a Amanda. Sin embargo, he llegado a un punto en el que me doy cuenta de que he hecho todo lo que está en mi poder para continuar esta batalla sola, y simplemente ya no puedo más. Debo ser honesta conmigo misma, dejar de lado mi orgullo y humildemente acudir a ustedes hoy para pedir ayuda.

Reconozco que no soy perfecta—he cometido errores, como cualquier ser humano—pero he luchado por corregirlos y ser mejor para mi hija, sin importar qué. Me mantengo FIRME, me mantengo FIEL, esperando en Dios y en que se haga justicia porque esto ha sobrepasado cualquier abuso imaginable. Ningún niño debería ser sacrificado por la conveniencia o el beneficio de un padre, ningún niño debería soportar este tipo de dolor y abuso.

La carga financiera de esta lucha ha sido abrumadora. He agotado todos los recursos posibles para mantenerme al día con los honorarios legales, que ahora han superado los $40,000. Pero no puedo detenerme. Pase lo que pase, seguiré luchando por Amanda—no porque sea mi deber, sino porque es mi mayor deseo verla prosperar, ayudarla a convertirse en la increíble joven que Dios la destinó a ser.

Hoy, vengo a ustedes vulnerable, humilde y sin vergüenza para pedir su apoyo. Si pueden contribuir económicamente para ayudarme a continuar esta batalla, estaré eternamente agradecida. Cada dólar me acerca más a traer a Amanda de regreso a casa, a restaurar su sentido de seguridad, amor y estabilidad. Si no pueden contribuir económicamente, les pido sus oraciones, sus palabras de aliento y su apoyo de cualquier manera posible.

Amanda pertenece con su madre, con la familia que la ama, en un hogar que nutre su crecimiento y felicidad. No dejaré de luchar hasta que se haga justicia, y humildemente les pido que me apoyen en esta lucha.

Con todo mi corazón, gracias.

Cynthia