Apoya a Juan Pablo y su familia a empezar de nuevo

Hola, soy Mariana.

El pasado 26 de mayo de 2025, nuestra familia vivió uno de los días más duros que nos ha tocado enfrentar: nuestro negocio familiar fue incendiado intencionalmente y lo perdimos todo.

Ese negocio no era solo un local: era el legado de mi padre, la fuente de ingresos de mi hermano Juan Pablo, su esposa Andy y su pequeño hijo Juanpi, y un espacio lleno de memorias, esfuerzo y amor.

El lunes, en la madrugada, ese sueño fue reducido a cenizas por manos ajenas, dejándonos con una herida profunda. Aunque la pérdida es material, el dolor es inmenso. Ver a mi hermano de pie entre los escombros, tratando de mantenerse fuerte por su familia, es algo que no puedo describir con palabras.

Pero si algo nos ha enseñado la vida es a no rendirnos. A levantarnos, a creer en la bondad de las personas, y a agradecer por lo que sí tenemos: salud, vida y unión.

Hoy, con el corazón en la mano y toda la humildad del mundo, les pedimos su apoyo. Cualquier ayuda cuenta, por pequeña que parezca, suma y significa mucho. También agradecemos de corazón si compartes esta causa con tus contactos.

Gracias por leerme. Gracias por sentir con nosotros. Gracias por ayudarnos a reconstruir no solo un negocio, sino también un sueño familiar.

Que Dios y el universo les multipliquen cada gesto de amor.

Gracias, gracias, gracias.

Hi, I’m Mariana.

On May 26th, 2025, our family experienced one of the most difficult days we’ve ever faced: our family business was intentionally set on fire, and we lost everything.

This business wasn’t just a building — it was my father’s legacy, the source of income for my brother Juan Pablo, his wife Andy, and their young son Juanpi. It was a space full of memories, hard work, and love.

In the early hours of Monday morning, that dream was turned to ashes by unknown hands, leaving us with a deep wound. While the loss was material, the pain is immense. Seeing my brother standing in the ruins, trying to stay strong for his family, is something I can’t put into words.

But if life has taught us anything, it’s to never give up. To get back up, to believe in the kindness of others, and to be grateful for what we still have: health, life, and unity.

Today, with open hearts and deep humility, we ask for your support. Every bit helps — no matter how small, it means so much to us. And if you can share this with others, we’d be incredibly grateful.

Thank you for reading. Thank you for feeling this with us. Thank you for helping us rebuild not just a business, but a family’s dream.

May God and the universe multiply every act of love you give.

Thank you, thank you, thank you.