Dear Friend,
I’m writing to you today with a simple invitation — to join us in creating a Christmas filled with hope, dignity, and joy for families in our community. This year, through La Casa de Esperanza (The House of Hope), we are building a beautiful experience where parents can come and choose the perfect Christmas gift for their children.
Because no one knows a child’s heart better than their parent.
Along this journey, we’ve met children whose wishes have touched us deeply. Their dreams are simple, sweet, and full of meaning.
An 8-year-old girl was once asked what she hoped for this Christmas. She didn’t ask for a big toy or something that flashes and beeps.
She quietly said:
“I want a journal… so I can draw and write my feelings.”
A journal — a small gift, yet one that opens a whole world for her.
Then there was a 4-year-old boy whose wish was even simpler, but just as powerful. He whispered:
“A teddy bear.”
Not a special edition.
Not a giant one.
Just a teddy bear to love.
These moments remind us of something beautiful:
Children find joy in the simplest things — a soft toy to hug, a book to write in, a gift chosen just for them.
And parents want nothing more than to give their children that joy.
That is the heart of this project.
That is why our goal is to gather 1,000 toys — not to hand them out randomly, but to allow parents the dignity of choosing the gift their child will treasure.
Your generosity helps make that possible:
$5 = 1 toy
$10 = 2 toys
$25 = 5 toys
$50 = 10 toys
It takes a village to raise a child.
And it takes a community — our community — to ensure every child feels seen and every parent feels supported.
Your kindness becomes a memory a family will carry forever.
From our hearts to yours,
Thank you for helping us build a House of Hope — one toy, one parent, one child, and one act of love at a time.
With gratitude,
La Casa de Esperanza
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Querido Amigo / Querida Amiga,
Hoy te escribimos con una invitación sencilla pero llena de amor: unirte a nosotros para crear una Navidad llena de esperanza, dignidad y alegría para familias de nuestra comunidad. Este año, a través de La Casa de Esperanza, estamos organizando una experiencia hermosa donde los padres podrán escoger el regalo perfecto para sus hijos.
Porque nadie conoce mejor el corazón de un niño que su mamá o su papá.
En este camino, hemos escuchado deseos que nos han tocado el alma. Sueños sencillos, dulces y llenos de significado.
Una niña de 8 años, cuando le preguntaron qué quería para Navidad, no pidió nada grande ni llamativo.
Ella respondió con ternura:
“Quiero un cuaderno… para dibujar y escribir mis sentimientos.”
Un cuaderno — un regalo pequeño, pero que abre un mundo entero para ella.
También conocimos a un niño de 4 años, cuyo deseo fue tan puro como su sonrisa. Él susurró:
“Un osito.”
No uno gigante.
No uno especial.
Solo un osito para abrazar.
Estos momentos nos recuerdan algo muy hermoso:
Los niños encuentran felicidad en las cosas más simples — un peluche suave, un cuaderno para expresarse, un regalo escogido especialmente para ellos.
Y los padres desean, más que nada, darles esa alegría a sus hijos.
Ese es el corazón de este proyecto.
Por eso nuestra meta es reunir 1,000 juguetes — no para repartirlos al azar, sino para que los padres tengan la oportunidad y la dignidad de elegir el regalo perfecto.
Tu generosidad lo hace posible:
$5 = 1 juguete
$10 = 2 juguetes
$25 = 5 juguetes
$50 = 10 juguetes
Se necesita una aldea para criar a un niño.
Y se necesita una comunidad — nuestra comunidad — para asegurar que cada niño se sienta visto y cada padre se sienta acompañado.
Tu acto de bondad se convierte en un recuerdo que una familia guardará para siempre.
De nuestro corazón al tuyo,
Gracias por ayudarnos a construir una Casa de Esperanza — un juguete, un padre, un niño y un acto de amor a la vez.
Con gratitud,
La Casa de Esperanza