Después de 37 años, quiero volver a abrazar a mi hermana

¡Hola! Soy Tania y quiero compartirte la historia de mi gran amigo, Don Baldemar, un dibujante autodidacta de 78 años que ha vivido tiempos muy difíciles.

Lo conocí cuando él vivía en situación de calle y decidí ayudarlo sin ninguna intención más que verlo salir adelante y tener un sustento digno. Con el tiempo, nos hicimos amigos, y ahora, además de nuestra amistad, funjo como su gestora cultural, apoyándolo para difundir su arte y generar ingresos 100% para el.

Hace casi cuatro décadas, Don Baldemar fue deportado de Estados Unidos sin poder despedirse de su familia, quedando completamente solo de este lado de la frontera. Durante una década vivió en las calles de la Ciudad de México, dibujando felinos, barriendo el bosque y recolectando para sobrevivir.

Desde 2020 he tenido la fortuna de ayudarlo a gestionar y difundir su obra en redes sociales, organizar exposiciones y crear mercancía (merch) inspirada en sus dibujos. Todo con el único fin de que tuviera ingresos y dejara de vivir en la calle. Gracias a estas iniciativas, hace 4 años conseguimos un departamento para él, y desde entonces he podido pagar su renta, despensa, material de arte, así como gestionar entrevistas y ventas de su trabajo.

Hoy en día, Don Baldemar lleva una vida más estable, pero aún queda un gran sueño por cumplir: reencontrarse con su hermana de 85 años, quien radica en Texas. Ella lo reconoció en una entrevista de televisión y, tras contactarnos, pudo hablar con él por teléfono. Sin embargo, ambos anhelan volverse a abrazar en persona después de casi 40 años.

¿Por qué necesitamos tu ayuda?

Los fondos que recaudemos se destinarán a:

Transparencia y manejo de fondos

Todas las donaciones se depositan en una cuenta bancaria a nombre de Baldemar Veliz Cerda de BBVA, a la cual ambos tenemos acceso. Él me dio la autorización de utilizar los fondos conforme a lo especificado, y me encargaré de realizar los pagos correspondientes, siempre respaldada por evidencia de gastos y comprobantes.

Me comprometo a documentar cada paso de este proceso para que veas en qué se emplean las aportaciones y cómo tu ayuda hace posible que Don Baldemar y su hermana se reencuentren. Cada donación, por pequeña que sea, nos acerca a este abrazo tan esperado.

¡Te invito a unirte y ser parte de esta historia de amistad, solidaridad y esperanza! Muchas gracias por tu apoyo.