La DANA me pilló fuera de Valencia, pero a mi familia no.

Horas y horas de angustia porque no recibían mis mensajes, ni llamadas y no sabía si estaban todos a salvo.

Una semana más tarde llegué a casa, a Benetusser.

Llegar y ver a mi padre completamente roto por dentro es lo más duro que me ha tocado vivir.

Su proyecto de vida, más de 20 años de trabajo, el sustento de toda una familia… completamente destruido.

Años construyendo y reconstruyendo hogares para otras familias.

Y aunque tenga 57 años y esté agotado por un trabajo tan físico como este, todo merecía la pena cuando veía como esas personas quedaban felices al ver su hogar al fin terminado.

Ahora todo eso ya no es posible.

Máquinas de miles de euros necesarias para trabajar, herramientas, muebles ya hechos para otras casas, vehículo de trabajo y personal, todo se ha perdido.

El negocio de mi padre era el sustento principal de mi familia.

Nunca he pedido ayuda a nadie, pero ahora no me queda de otra.

Hay miles de familias rotas que lo han perdido todo, por eso esta recaudación no solo es para restaurar el taller de mi padre, sino que donaré parte del dinero a otras familias que también lo necesitan.

Quien quiera y pueda aportar su granito de arena, estará ayudando no solo a una familia, sino a muchas que ahora mismo lo necesitan.

Ya sea en forma de donación o simplemente compartirla con sus conocidos, seguidores, etc.

Ayúdanos a volver a construir hogares para otras familias.

Siempre con una sonrisa.

Mil gracias.

Fuerza Valencia.