A Small Room, Sick Parents, and Our Last Hope – Help Us Live

Hello everyone, my name is Leyla. I’m a 19-year-old young woman from Argentina

I married a young man named Khayam. We love each other deeply, which led to a beautiful and warm marriage. But the circumstances have placed us in a very difficult situation in just a few months.

We live in a house that is not ours. I can’t even call it a home because we only have one small room where we eat, sleep, share laughter, and sometimes tears… We don’t have a kitchen, so even though it gets extremely hot, we have to cook outside with no roof to protect us.

My husband’s parents are seriously ill and need constant care, but we can’t provide them with the help they need. My husband’s brother is also unemployed, so he can’t help much either.

The hardest situation is my husband’s, as he is going through severe depression. Sometimes, he talks about ending his life, and that thought is terrifying. All the pressure is on him. I support him, give him words of encouragement, but inside, I feel like I don’t always have the strength to keep us both going. I fear this may lead him to total despair.

We’re not asking for a luxurious life or great wealth, just a small opportunity to rebuild our dreams and live with dignity.

We want:

• To have our own home, even if small, where we can live in peace and have the security that we won’t be left without a place to live.

• To start a small business, like a clothing store, so we can be independent and not rely on anyone.

• To pay for the medical treatments of our parents, because they are the most important part of our lives.

This is our story, and it is completely real.

We can provide all the necessary documents, such as our marriage certificate, IDs, medical reports, and proof of our current living situation.

If you are reading this, please…

Don’t think that someone else will help.

Your support, no matter how small, could give us the hope to live a new life.

With love

Leyla and Khayam.

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Hola a todos, mi nombre es Leyla. Soy una joven de 19 años de Argentina y me casé con un joven pakistaní llamado Khayam. Nos amamos profundamente, lo que nos ha llevado a tener un matrimonio bonito y cálido, pero las circunstancias nos han colocado, en solo unos pocos meses, en una situación extremadamente difícil.

Vivimos en una casa que no es nuestra, ni siquiera podría llamarla hogar, ya que solo tenemos una pequeña habitación, donde comemos, dormimos, compartimos risas y, a veces, lágrimas. No tenemos cocina, lo que nos obliga a cocinar afuera, incluso bajo un calor extremo, sin un techo que nos brinde protección.

Los padres de mi esposo están gravemente enfermos y necesitan atención constante, pero no podemos brindarles lo que requieren. El hermano de mi esposo también está desempleado, lo que lo hace incapaz de ayudarnos económicamente.

La situación más difícil es la de mi esposo, quien está pasando por una depresión severa. En ocasiones, habla de acabar con su vida, y esa idea es aterradora. Toda la presión recae sobre él. Lo apoyo, le doy palabras de aliento, pero dentro de mí siento que a veces no tengo las fuerzas suficientes para sostenernos a los dos. Tengo miedo de que todo esto lo lleve a la desesperación total.

No pedimos una vida lujosa ni grandes riquezas, solo una pequeña oportunidad para reconstruir nuestros sueños y vivir dignamente.

Queremos:

• Tener un hogar propio, aunque sea pequeño, donde podamos vivir en paz y tener la seguridad de que no nos quedaremos sin un lugar donde vivir.

• Iniciar un pequeño negocio, como una tienda de ropa, para poder ser independientes y no depender de nadie.

• Pagar los tratamientos médicos de nuestros padres, porque son lo más importante en nuestras vidas.

Esta es nuestra historia, y es completamente real.

Podemos proporcionar todos los documentos necesarios, como nuestro contrato de matrimonio, identificaciones, informes médicos y pruebas de nuestra actual situación de vivienda.

Si estás leyendo esto, por favor…

No pienses que alguien más va a ayudar.

Tu apoyo, por pequeño que sea, puede darnos la esperanza de vivir una nueva vida.

Con amor

Leyla y Khayam.