Yednay quiere vivir, no sobrevivir.

Regalemos una nueva vida a Yednay, ayudemos a que su cuerpo sea vital.

Yednay tiene solo 19 años recién cumplidos y desde hace más de dos años convive con una enfermedad que ha transformado cada aspecto de su vida, insuficiencia renal crónica.

Recibir este diagnóstico a los 16 años, mientras aún era una estudiante, fue como ver su mundo derrumbarse en cámara lenta.

A esa edad, cuando la mayoría de los jóvenes sueñan con su futuro, ella tuvo que aprender a vivir dependiendo de una máquina para sobrevivir.

Ha sido cateterizada en cinco ocasiones y actualmente tiene una fístula implantada que permite realizarle hemodiálisis un día sí y un día no, procedimiento que la mantiene con vida...pero que también la agota física y emocionalmente.

Su cuerpo, aún joven, ya muestra signos del desgaste de esta batalla: pesa apenas 36 kilos y comienza a fallarle.

Y como si no fuera suficiente enfrentar una enfermedad tan agresiva, también padece de hipertensión ocular, hipertensión pulmonar, un soplo cardíaco y gastritis crónica.

Cada día despierta con la incertidumbre de cómo responderá su organismo a tanto dolor, a tanto esfuerzo.

Lamentablemente Yednay en muchas ocasiones no puede acceder a los tratamientos que requiere porque no existen en las farmacias de su país.

La situación es tan difícil que los médicos locales, aun con toda su voluntad, han reconocido que no cuentan con los recursos necesarios para brindarle la solución definitiva que sería un trasplante.

Gracias a la ayuda de varios familiares y amigos, Yednay fue evaluada por una clínica especializada fuera del país donde reside y su caso ha sido aceptado para recibir las atenciones avanzadas que pueden poner fin a este largo sufrimiento.

El costo total del viaje desde su país de origen junto a su mamá, más los gastos de estancia y médicos ascienden a 15 mil dólares.

Esa cantidad está completamente fuera del alcance de su familia, que vive en una casita muy humilde con apenas condiciones básicas.

Todas las opciones posibles en su país están agotadas, años de esfuerzo, dolorosas sesiones médicas y hacer vida en distintos hospitales no han aliviado su condición.

Es por ello que hoy estamos pidiendo la solidaridad de la gente para aprovechar esta oportunidad única de tratamiento ya aprobado.

Cada donación es un pasito hacia la meta, una caminata por la vida, un dólar, diez...todo cuenta.

Aquí no estás solamente donando tu dinero, aquí estás construyendo el futuro de una niña.

Esta campaña está organizada por Alejandra Fernández, residente permanente en Estados Unidos, quien será la encargada de recibir y administrar los fondos de esta recaudación.

Todo el dinero recaudado se destinará directamente a cubrir los gastos de viaje, estancia y médicos en la clínica que aceptó atender a Yednay.

De antemano gracias por tu atención, por compartir esta batalla y por empujar con tus manos a una valiente joven hacia un porvenir de luz y salud.