Dear family, friends, and brothers and sisters in Christ,
My heart is heavy as I share my daughter’s story. For the past six months, she has been in and out of the hospital, fighting battles that no child should ever have to face. Watching her struggle has been heartbreaking, but I hold on to the promise that God is with her every step of the way.
Through every sleepless night, every hospital stay, and every doctor’s visit, I have prayed and trusted that the Lord will bring healing and strength to her little body. While my faith remains strong, the financial burdens have become overwhelming. Between medical expenses, travel to and from the hospital, doctor’s visits and treatments.
I am asking for help—not because it’s easy, but because I know that God often works through the hands and hearts of others. If you feel led, any contribution you make will go directly toward her medical care, daily needs, and expenses during this journey.
If you are not able to give financially, I humbly ask for your prayers for her healing, comfort, and strength. Your prayers mean more than anything, because I know that with God, nothing is impossible.
From the bottom of my heart, thank you for standing with us, for praying with us, and for believing with us that brighter days are ahead. May God bless you for your kindness and generosity.
With love and faith,
Valdovinos Family
Querida familia, amigos y hermanos en Cristo,
Mi corazón está pesado al compartir la historia de mi hija. Durante los últimos seis meses, ella ha estado entrando y saliendo del hospital, librando batallas que ningún niño debería tener que enfrentar. Verla luchar ha sido desgarrador, pero me aferro a la promesa de que Dios está con ella en cada paso del camino.
En cada noche sin dormir, cada estadía en el hospital y cada visita al doctor, he orado y confiado en que el Señor traerá sanidad y fortaleza a su pequeño cuerpo. Aunque mi fe permanece firme, la carga financiera se ha vuelto abrumadora: entre los gastos médicos, los viajes de ida y vuelta al hospital, las visitas y los tratamientos.
Estoy pidiendo ayuda—no porque sea fácil, sino porque sé que Dios muchas veces obra a través de las manos y los corazones de los demás. Si en su corazón sienten apoyar, cualquier contribución irá directamente hacia su cuidado médico, sus necesidades diarias y los gastos durante este proceso.
Si no pueden ayudar económicamente, humildemente les pido sus oraciones por su sanidad, consuelo y fortaleza. Sus oraciones significan más que cualquier cosa, porque sé que con Dios nada es imposible.
Desde lo más profundo de mi corazón, gracias por estar con nosotros, por orar con nosotros y por creer junto a nosotros que vendrán días mejores. Que Dios les bendiga por su bondad y generosidad.
Con amor y fe,
Familia Valdovinos