Un dulce detector para proteger a Inés

Hola a tod@s,

Soy Tatiana, la mamá de Inés, protagonista de esta historia. ❤️

Hace ya 10 meses, nuestra pequeña Inés, con menos de un año y medio… ¡¡debutó con diabetes tipo 1!!

Nos llevamos un susto enorme, pero ella -con su eterna y preciosa sonrisa- nos enseñó a seguir adelante.

Tener diabetes tipo 1 significa que su páncreas a dejado de crear insulina, por lo que necesita que controlemos constantemente sus niveles de azúcar en sangre. Cada vez que come o cuando tiene los niveles altos, debemos pincharle insulina. Al día suelen ser alrededor de 6 veces…

Las personas con diabetes sufren subidas y bajas de azúcar constantes. Cuando son muy altas o bajas suponen un peligro, incluso de muerte.

Por eso te estamos explicando nuestra historia… La siguiente foto fue la última que tomé, tras llevarnos un susto horrible...

Ella dormía. El sensor pitaba. Indicaba una bajada de azúcar, en picado. Para asegurarme que la máquina indica correctamente, hice una verificación capilar. O sea, pincharle un dedito y colocar una gotita de sangre en otro sensor. Este segundo sensor ¡aún marco más bajo!

Pedí a papá Koke, que trajese agua con azúcar. Debíamos despertarte para remontar la hipoglucemia. Así lo hice, pero lloraba sin parar. Cuando está tan baja de azúcar se encuentra mal… No conseguía calmarla hasta que, al calmarse… ¡Inés se desmayó!

Corrí en busca de ayuda… Remontarla se hizo eterno… Lloramos, padres y abuelos. Rezamos, en vela, gran parte de la noche.

No queremos, por nada del mundo, que vuelva a pasar.

Por ello, hemos pedido a la Fundación Canem que nos asigne y entrene a un nuevo amigo para Inés.

Queremos contar con la ayuda de un angelito de la guarda canino, que le acompañe siempre, la cuide y nos avise de sus potenciales emergencias con tiempo para reaccionar sin llegar a estos extremos.

Nuestro nuevo amiguito será capaz de avisarnos -de día y de noche- con entre 20 y 25 minutos antes de que se vaya a producir una emergencia.

Os podría contar anécdotas impresionantes, como aquella persona a la que seguramente salvó la vida por avisarle de que no se metiera en el mar antes de una hipoglucemia, o descubrir a otras personas de la familia o amigos que no sabían que eran diabéticos o que también iban a sufrir un susto glucémico…

¿Nos ayudas a conseguir que Inés pueda estar protegida por este maravilloso compañero de viaje?

¡Gracias de corazón!