Redonnez à Eduardo la chance de vivre

REGALAME UNA CHANCE DE VIVIR.

Hola, Yo soy Eduardo Boza-Riveros. Tengo 49 años. Soy natural de Perú, casado con Fabiola Quintero, tengo dos hijos, Fabiana y Eduardo Alejandro. Vivo en la ciudad de Sherbrooke, Québec desde hace 16 años.

Hace unos años atrás fui operado de la vesícula biliar en el año 2013, el doctor en aquella oportunidad detectó que mi hígado tenía una apariencia no tan buena, así que decidió realizar una biopsia que fue derivada al hospital aquí en Sherbrooke, Québec. La biopsia por cosas del destino se perdió y yo nunca supe de los resultados ni me informaron que se había extraviado. Yo continué con mi vida normalmente, el año anterior, 2012 había pasado una operación bariátrica la cual me había dado buenos resultados (LapBand) pero en diciembre del año 2017 comencé a tener problemas porque el alimento no podía pasar como lo venía haciendo.

Tuve que contactar con el cirujano que me realizó la operación. Después de varios exámenes y pasar por medicina nuclear, detectó que el anillo gástrico estaba comprimiendo demasiado el esófago a tal nivel que lo estaba deformando, es así que me dijo que tenía que someterme a una nueva cirugía para quitarlo y dos meses después pueda realizarme una nueva operación bariátrica, esta vez una mucho más efectiva Sleeve, supuestamente el retiro del anillo gástrico era una cirugía de no más 40 minutos. Cuando el doctor estaba en pleno retiro del anillo gástrico una rasgadura en la pared del estómago hizo que tuviera una hemorragia severa y que la operación durara de 40 minutos a 3 horas para detener la hemorragia presentada, allí el medico se percató que presentaba un cuadro de hipertensión portal causada por una complicación del hígado, esta complicación es la Cirrosis que presento hoy en día y de la cual en el año 2013 el doctor que mandó la biopsia se imaginaba, pero yo no sabía nada.

Luego de pasar esto, el doctor me dijo que había realizado una biopsia al hígado y confirmaba que presentaba la enfermedad conocida como Cirrosis y una hipertensión portal. En aquel tiempo (2018) cuando se realizó la cirugía y detectaron la enfermedad yo entré en pánico y depresión, sabía que el tiempo se me agotaba, pero tomé fuerzas y regresé a trabajar.

Poco a poco mi salud ha ido empeorando, desde agosto a la fecha de hoy he estado internado 6 veces (en este momento les escribo desde el hospital debido a una insuficiencia renal derivada de la cirrosis) pero de todas las veces que estuve internado en cuidados intensivos, la más dura y peligrosa fue la del 23 de marzo del 2021 cuando tuve una hemorragia digestiva severa, que hizo que perdiera más de 3 litros de sangre, al llegar al hospital intentaron por todos los medios de estabilizarme para poder operarme, los médicos ya prácticamente me daban por fallecido pues no reaccionaba, pero fue mucho más grande la fe y el amor por mi familia que pude superarlo, estuve en coma entre 2 y 3 días, entubado sin saber que pasaba a mi alrededor, gracias al amor de mi familia pude salir y aunque desde esa fecha no he vuelto a trabajar por indicación médica busco la manera de estar activo, mi médico ha recomendado mi caso al equipo de cirujanos del Hospital CHUM de Montreal, y la semana pasada me llamaron para que durante una semana pase las evaluaciones pre trasplante, las cuales ya se han realizado en su mayoría, debo volver el 9 de julio y 23 de julio. También me explicaron que luego del trasplante permaneceré en el hospital durante 2 a 3 semanas para luego ser derivado a la Maison des greffes por lo menos 3 meses allí van a evaluar diariamente un equipo especializado entre médicos, enfermeras, fisioterapeutas, inhalo terapeutas, pero esto tiene un costo el cual se me hará difícil cubrir, yo había comenzado a recolectar dinero a través de venta de comida a gente amiga y conocidos, pero alguien de muy mal corazón me denunció ante el Ministère de l'Agriculture, des Pêcheries et de l'​Alimentation du Québec, el cual me iba a imponer una multa porque yo no tenía el permiso correspondiente para venta de comida.

Se comunicaron conmigo mientras yo estaba en Montreal para mis exámenes y les expliqué el motivo de la venta de comida, ellos supieron comprender y al final eliminaron la multa. Pero por ahora no podré realizar este tipo de evento para solventar mis gastos, los cuales ascenderían entre 7000 u 8000 dólares, y yo sin poder trabajar me va a costar mucho. Por eso es que mucha gente amiga y muchos a los cuales no conozco personalmente se han puesto en la obra de una colecta de fondos y me pidieron abrir un GoFundme para que tenga mayor alcance y llegue a muchas más personas como tu que estas leyendo mi historia, solo pido un mínimo granito de arena, para que yo vuelva a sonreír y ver crecer a mis hijos, se que me van a ayudar y desde ya les digo que les quedo eternamente agradecido.

Dios los bendiga infinitamente.

Allo, je suis Eduardo Boza-Riveros. J’ai 49 ans et je suis péruvien d’origine. J’ai une belle famille avec mon épouse Fabiola et mes deux enfants Fabiana et Eduardo Alejandro. J’habite à Sherbrooke depuis 16 ans.

Il y a quelques années, j’ai été opéré de la vésicule biliaire et en 2012 j’ai eu une autre chirurgie bariatrique. À ce moment-là et grâce à ces deux opérations tout, allait bien pour ma santé.

En 2013, lors d’un examen de routine, mon médecin a trouvé que mon foie ne fonctionnait pas bien, alors il a ordonné une biopsie. Par mal chance, les résultats se sont perdus et je n’ai jamais eu de nouvelles.

En décembre 2017 j’ai commencé à avoir des problèmes de digestion. L’anneau gastrique qu’on m’avait installé à l’œsophage en 2012 le comprimait et il commençait à se déformer. J’ai dû retourner en salle d’opération pour retirer l’anneau. Deux mois après j’étais encore en salle d’opération pour une autre chirurgie bariatrique, cette fois ci avec une autre technologie. Sans le savoir, j’avais commencé à présenter des problèmes d’hypertension de la veine portale. Donc, une opération qui ne devait durer pas plus de 45 minutes a duré trois heures à cause d’une hémorragie.

Après j’ai su que le mauvais état de mon foie est dû à une cirrhose qui s’est déclarée en 2013. Des examens faits à la suite de l’opération l’ont confirmé. Ces résultats m’ont mis dans un état de dépression avec laquelle je vis depuis.

Toutefois, comme je suis le soutien économique de ma famille, j’ai dû retourner au travail. Depuis, ma santé s’est encore détériorée et j’ai été hospitalisé six fois. D’ailleurs, je vous écris depuis ma chambre d’hôpital, cette fois-ci à cause d’une insuffisance rénale causée par la cirrhose. Cette dernière m’a déjà joué un mauvais tour en mars dernier, qui m’a amené aux soins intensifs à cause d’une hémorragie du système digestif. En conséquence j’ai été dans le coma pendant trois jours. C’est grâce à l’amour de ma famille, mes amis et mon désir de vivre que je suis encore parmi vous.

À cause la complexité de mon cas, j’ai été transféré au CHUM de Montréal où les médecins ont déterminé que je dois recevoir une greffe du foie. Depuis deux semaines je suis en examens préalables à la greffe, et je dois y retourner le 9 et le 23 juillet.

Après la greffe je devrai rester trois semaines à l’hôpital pour ensuite aller à la Maison des greffes pendant trois mois pour être suivi par différents spécialistes. Malheureusement, ces coûts ne sont pas couverts par la RAMQ, raison pour laquelle, pour payer les frais liés à ma récupération, j’avais commencé à vendre à mes amis et des proches des mets péruviens que je cuisinais. Pour ma malchance, une personne m’a dénoncé auprès du Ministère de l'Agriculture, des Pêcheries et de l'​Alimentation du Québec. On m’a avisé de la plainte par téléphone alors que j’étais à Montréal pour des examens médicaux. Par chance, on m’a donné l’opportunité d’expliquer pourquoi je vendais de la nourriture et je n’ai pas eu à payer l’amende. Cependant, on m’a averti que je n’ai pas le droit de le faire sans permis.

Après la greffe, je devrai faire face à des dépenses qui pourraient atteindre 8000 $. Je ne suis pas capable de payer ce montant puisque je ne travaille plus depuis mars de cette année.

J’en appelle à toi qui connais maintenant mon histoire. J’apprécierais beaucoup ton aide, tout dollar compte et fait la différence pour m’aider dans ma récupération. Grâce à toi, après ma chirurgie, j’aurai une nouvelle opportunité de vivre et de continuer à voir mes enfants grandir et à aimer ma belle épouse Fabiola. Merci de tout mon cœur !!

Hi, my name is Eduardo Boza-Riveros. I’m 49 years old and I was born in Peru. I am married with two beautiful children, Fabiana and Eduardo Alejandro. A few years ago, in 2013, I had an operation to the gallbladder. At the time, the doctor, here in Sherbrooke (Quebec), noticed that my liver didn’t seem healthy, so he decided to go for a biopsy.

As luck would go, the biopsy was lost in transit so I never got news of the results. They didn’t inform me that it had been lost either. So I went on with my life as if nothing happened, even though the year before, in 2012, I had had a Lap Band (bariatric surgery) done, which had given good results.

But then in December of 2017, I started experiencing problems where I couldn’t swallow food normally. I had to get in touch with the surgeon who had done the procedure and after various exams and a trip to nuclear medicine, it was determined that my gastric ring was exerting too much pressure on my esophagus, to the point of causing a deformation. That’s how I learned that I would have to undergo another surgery to remove it, so that two months later I could have another procedure to fit me with a much more effective technology called Sleeve. Allegedly, removing the gastric ring was supposed to take no more than 40 minutes.

When the doctor was in the process of removing the ring, the wall of my stomach ruptured to such an extent that it caused severe bleeding which caused a simple procedure that should have taken no more than 40 minutes to last 3 hours before they could control the hemorrhage. At this point the doctors realized I had hypertension to the portal vein caused by a complication to the liver. The complication is a cirrhosis with which I am still living to this day. When the doctor ordered the biopsy in 2013 that’s what he suspected, but I had known nothing of it.

After that intervention, the doctors told me that they had taken a new biopsy of my liver which confirmed the cirrhosis and portal hypertension. By that time we were in 2018 and I was starting to panic. I went into a depression thinking that my time on Earth was coming to an end, but with time, and because I am the main provider in my family, I started building strength and I could start working again. Little by little my health was deteriorating, and since last August I had to visit the hospital on 6 occasions. (I am actually writing these lines from the hospital bed, this visit was triggered by a kidney failure due to the cirrhosis).

Of all my visits in the ICU, the hardest and most dangerous occurred on March 23 of this year, when I suffered a severe digestive hemorrhage. I lost more than 3 liters of blood. When I got to the hospital they tried everything to stabilize me so that I could go into surgery and they were about to declare me dead for lack of reaction from my part, but thanks to my faith and my love for my family I was able to overcome the ordeal. I was in a coma during 3 days, intubated, without any conscience of what was going on around me. It is the love of my family that gave me the strength to come back.

Since then, I haven’t been able to go back to work per doctors’ orders, and I am constantly looking for ways to remain active.

My doctor transferred my case to the CHUM Hospital in Montreal’s surgery department, and last week they called me in to perform a week’s worth of exams in preparation for a liver transplant. I can check off most of these evaluations but I have to go back to Montreal from July 9 to 23 for the rest.

They also explained that after the transplant I will have to remain hospitalized for two to 3 weeks before being transferred to the Maison des greffes for at least 3 months. There I will be evaluated daily by a specialized team of doctors, nurses, physiotherapists and inhalotherapists. But this comes at a cost that is difficult for me to pay for.

In order to start saving some money beforehand, I had started selling meals to friends and acquaintances, but someone reported me to the Ministère de l'Agriculture, des Pêcheries et de l’Alimentation du Québec. They threatened to fine me because I didn’t have the license to sell food. They actually contacted me while I was in Montreal at the hospital getting my workout done and I explained the context in which I was selling those meals. As a show of good faith they withdrew the penalty, but of course I can’t go back to doing this type of sale to cover my costs.

They tell me that because of the graft I can expect costs of $7,000 to $8,000, all without being able to work. When they heard that, some friends and some people I don’t even know took it upon themselves to open a GoFundme fundraiser to make my story and my needs known to more people.

I am only asking for the littlest grain of sand you can give, so that I can have a normal live again, so that I can smile and see my children grow. I know I can count on your help and I can already tell you that I will be eternally grateful for your support. God bless you immensely.