
Ramon Martinez Vazquez
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"Mi padre me dio el regalo más grande que un ser humano le puede dar a otro; Él creyó en mí".
-Jim Valvano-
Ninguno de nosotros está preparado para la pérdida de un ser querido, especialmente de un padre. La pérdida de un padre es un momento muy emotivo para una familia, sin embargo, es un momento sagrado, es un momento de reflexión, unión y para celebrar una vida.
Nuestro padre Ramón Martínez Vázquez ha hecho la transición de esta vida después de haber sido llamado al cielo por nuestro creador. Nuestro padre era un hombre humilde. Nació en el nucleo de una familia humilde y orgullosa, que lo vio crecer hasta convertirse en el hombre que fue. Nuestro padre era un hombre viajero que creía en algunas de las cosas más básicas e importantes de la vida. Nuestro padre creía en trabajar para ganarse el pan de cada dia, y creía en extender siempre su mano a cualquiera que lo necesitara, ya fuera familiar, amigo, aprendiz o conocido por igual. Nuestro padre amaba profundamente, aunque fuera a su manera, y su amor se expresaba mejor en su abnegación y su capacidad de dar de sí mismo sin importar el costo. Creemos en lo más profundo de nuestro corazón que sus últimas palabras de consejo para todos y cada uno de los que conocía serían vivir, amar, reír y ayudar a los demás todos los días como si fueran los últimos, porque ninguno de nosotros sabe cuándo Dios nos llamará al reino de los cielos. Él te pediría que crearas recuerdos y que todos disfrutáramos de la más simple de las bendiciones de Dios porque todos somos ricos. Nuestro padre Ramón Martínez Vázquez en sus últimos días repitió una frase que le oímos decir toda la vida: "SOY EL HOMBRE MAS RICO DEL MUNDO". Esta vez, sin embargo, entendimos por qué siempre decía eso. Ramón explicó en sus últimos momentos que es el hombre más rico del mundo porque tiene una hermosa familia que lo quiere mucho.
Después de enterarnos de que nuestro padre sufría de demencia, sus hijos acordaron que para brindarle la mejor atención médica posible significaba trasladarlo de Puerto Rico a Florida para que tuviera la mejor atención posible. Su condición, sin embargo, progresó muy rápidamente. Luchó con valentía hasta el final, como todos esperábamos de él. Fue un luchador toda su vida y su transición no fue la excepción. Nuestro padre, Ramón Martínez Vázquez, fue un luchador, un hombre que enfrentó todos los desafíos sin miedo. Eso es lo que nos enseñó nuestro padre. Es por eso que cuando nos preguntan cómo estamos, sus hijos siempre responden: "¡AL 100, BIEN CHEVERE!"
Pedimos a familiares y amigos que nos ayuden a transportar sus restos a su más querido Puerto Rico para que todos los que fueron tocados por el amor y la generosidad de nuestro padre puedan venir a darle su ultimo adios.
“AL 100, BIEN CHEVERE!”
Organizer
Yadira Colon
Organizer
Ocala, FL