
Patricia, voluntaria de la perrera
Ayuda para Patricia, voluntaria de la perrera municipal de Palma
Patricia hace una extraordinaria labor como voluntaria en la perrera municipal de Palma de Mallorca; va a diario a atender a los animales de la perrera de forma 100% altruista, incluso aportando sus propios escasos recursos económicos para pagar lo que necesiten.
Pero, además, Patricia tiene que recorrer casi 3,5 km a pie, desde la parada de autobús hasta la perrera, andando primero por una peligrosa autopista y luego por descampados. Hemos decidido ayudarla para que se pueda sacar el CARNET DE CONDUCIR! no queremos que algún día la atropellen o le ocurra alguna desgracia por hacer una labor tan loable y necesaria; es lo menos que podemos hacer como muestra de agradecimiento y por los animales de la perrera.
Artículo de Cristina Suárez en Mallorcadiario.com / Fotos: @lisganerphoto
Patricia, el alma de Son Reus de 22 años: "Llueva, truene o con ola de calor, vengo todos los días"
“Patricia tiene 22 años y lleva desde los 12 acudiendo sin tregua a Son Reus. "Los animales, sobre todo los perros, son mi vida", dice a mallorcadiario.com. Los pasea, los cuida, los mima, les da todo el amor que no encontraron en su pasado -o sí, pero que se esfumó- y lucha para que el futuro se porte como toca con estos ángeles de cuatro patas. Y todo, gratis: Patricia es una de las voluntarias del centro municipal, un gran equipo humano que regala su vida a los animales desamparados. Su caso, no obstante, es uno de los más especiales: llueva, truene o haga un sol de justicia, ella va todos los días, sin excepción, cubriendo el trayecto, primero en autobús y después, a pie, por zonas sin siquiera asfaltar” "Es el alma de este lugar", reconoce Lynda, su compañera y presidenta de la asociación Peluditos de Son Reus. Es un ejemplo. –
-Todos los días desde Son Ferriol a Son Reus, en autobús y un largo trayecto andando!
- Sí, llego antes de las nueve y me voy a las 13.30. Hago toda la jornada de los trabajadores.
- Por el módico precio de cero euros.
- Sí, por la cara (ríe).
- Con tu edad, la mayoría de chicos y chicas están más pendientes de salir de fiesta, de comprarse ropa y mirar Youtube y tú te dejas la piel y el dinero en los perros y los gatos abandonados y muchas veces, maltratados. ¿Por qué?
- Por el inmenso cariño que les tengo. Desde muy pequeñita me quería dedicar a ellos y los quería ayudar. Por suerte he tenido unos buenos padres que me han enseñado a quererlos y respetarlos y por supuesto, a no verlos como cosas que puedes emplear para enriquecerte, es decir, a criar. He tenido perros y gatos toda mi vida.
- ¿Lo has pasado mal?
- Claro, te tienes que hacer una coraza. Quieres llegar a todo y no tienes casi ayuda. Es difícil.
- ¿Qué hacías con 12 años, cuando empezaste a ayudar?
- Empecé en el Centro Canino Internacional como voluntaria. Limpiaba todas las jaulas, paseaba a los perros e iba a Son Reus a rescatar animales. En aquella época, estaba bastante mal, nada que ver con el estado actual. Sacrificaban practicamente a los 15 días porque entraban muchos perros.
- ¿Había más abandonos? ¿Has ido notando mejoría?
- Sí, Antes no se castraba, no pedían licencia a la hora de sacar un perro y la mentalidad era otra, aunque todavía nos queda un largo recorrido por andar en materia de protección animal.
- ¿Cuál es la historia que más te ha marcado ahí dentro? Y habrá unas cuantas...
- Cuando cumplí 16 años empecé a sacar los PPP porque me picó mucho la curiosidad de esta raza. Veía vídeos de ellos, de pitbulls que habían utilizado de sparring y sentí la necesidad de ayudarlos. Es una raza a la que le debemos mucho: no se les entiende, se les prejuzga, se les pone etiquetas... Mi primer perro de aquella época, Gordito, fue un pitbull que llevaba 3 o 4 meses dentro. Tenía un problema neurológico, iba mal con perros y yo le cogí muchísimo cariño. Sin embargo, llegó el día en el que hubo que sacrificarlo. Yo no tenía ayuda y lo durmieron. Lo pasé muy mal pero fue el comienzo de otra fase.
- ¿Cuál?
- Me junté con otra chica que pensaba igual que yo y formamos nuestra organización de rescate de PPP's. Ya llevamos más de 150 perros de esta raza sin apenas ayuda: vendiendo camisetas, pulseras, mercadillos...
- ¿Cuánto dinero de tu bolsillo te has dejado por ellos?
- Miles de euros, mucho. Llevamos tres años con este proyecto de rescate, que ya cuesta, más las residencias, veterinarios, licencias... ¡Un dineral!”


http://www.mallorcadiario.com/patricia-el-alma-de-son-reus-de-22-anos:-llueva-truene-o-haga-sol-todos-los-dias-vengo
Patricia hace una extraordinaria labor como voluntaria en la perrera municipal de Palma de Mallorca; va a diario a atender a los animales de la perrera de forma 100% altruista, incluso aportando sus propios escasos recursos económicos para pagar lo que necesiten.
Pero, además, Patricia tiene que recorrer casi 3,5 km a pie, desde la parada de autobús hasta la perrera, andando primero por una peligrosa autopista y luego por descampados. Hemos decidido ayudarla para que se pueda sacar el CARNET DE CONDUCIR! no queremos que algún día la atropellen o le ocurra alguna desgracia por hacer una labor tan loable y necesaria; es lo menos que podemos hacer como muestra de agradecimiento y por los animales de la perrera.
Artículo de Cristina Suárez en Mallorcadiario.com / Fotos: @lisganerphoto
Patricia, el alma de Son Reus de 22 años: "Llueva, truene o con ola de calor, vengo todos los días"
“Patricia tiene 22 años y lleva desde los 12 acudiendo sin tregua a Son Reus. "Los animales, sobre todo los perros, son mi vida", dice a mallorcadiario.com. Los pasea, los cuida, los mima, les da todo el amor que no encontraron en su pasado -o sí, pero que se esfumó- y lucha para que el futuro se porte como toca con estos ángeles de cuatro patas. Y todo, gratis: Patricia es una de las voluntarias del centro municipal, un gran equipo humano que regala su vida a los animales desamparados. Su caso, no obstante, es uno de los más especiales: llueva, truene o haga un sol de justicia, ella va todos los días, sin excepción, cubriendo el trayecto, primero en autobús y después, a pie, por zonas sin siquiera asfaltar” "Es el alma de este lugar", reconoce Lynda, su compañera y presidenta de la asociación Peluditos de Son Reus. Es un ejemplo. –
-Todos los días desde Son Ferriol a Son Reus, en autobús y un largo trayecto andando!
- Sí, llego antes de las nueve y me voy a las 13.30. Hago toda la jornada de los trabajadores.
- Por el módico precio de cero euros.
- Sí, por la cara (ríe).
- Con tu edad, la mayoría de chicos y chicas están más pendientes de salir de fiesta, de comprarse ropa y mirar Youtube y tú te dejas la piel y el dinero en los perros y los gatos abandonados y muchas veces, maltratados. ¿Por qué?
- Por el inmenso cariño que les tengo. Desde muy pequeñita me quería dedicar a ellos y los quería ayudar. Por suerte he tenido unos buenos padres que me han enseñado a quererlos y respetarlos y por supuesto, a no verlos como cosas que puedes emplear para enriquecerte, es decir, a criar. He tenido perros y gatos toda mi vida.
- ¿Lo has pasado mal?
- Claro, te tienes que hacer una coraza. Quieres llegar a todo y no tienes casi ayuda. Es difícil.
- ¿Qué hacías con 12 años, cuando empezaste a ayudar?
- Empecé en el Centro Canino Internacional como voluntaria. Limpiaba todas las jaulas, paseaba a los perros e iba a Son Reus a rescatar animales. En aquella época, estaba bastante mal, nada que ver con el estado actual. Sacrificaban practicamente a los 15 días porque entraban muchos perros.
- ¿Había más abandonos? ¿Has ido notando mejoría?
- Sí, Antes no se castraba, no pedían licencia a la hora de sacar un perro y la mentalidad era otra, aunque todavía nos queda un largo recorrido por andar en materia de protección animal.
- ¿Cuál es la historia que más te ha marcado ahí dentro? Y habrá unas cuantas...
- Cuando cumplí 16 años empecé a sacar los PPP porque me picó mucho la curiosidad de esta raza. Veía vídeos de ellos, de pitbulls que habían utilizado de sparring y sentí la necesidad de ayudarlos. Es una raza a la que le debemos mucho: no se les entiende, se les prejuzga, se les pone etiquetas... Mi primer perro de aquella época, Gordito, fue un pitbull que llevaba 3 o 4 meses dentro. Tenía un problema neurológico, iba mal con perros y yo le cogí muchísimo cariño. Sin embargo, llegó el día en el que hubo que sacrificarlo. Yo no tenía ayuda y lo durmieron. Lo pasé muy mal pero fue el comienzo de otra fase.
- ¿Cuál?
- Me junté con otra chica que pensaba igual que yo y formamos nuestra organización de rescate de PPP's. Ya llevamos más de 150 perros de esta raza sin apenas ayuda: vendiendo camisetas, pulseras, mercadillos...
- ¿Cuánto dinero de tu bolsillo te has dejado por ellos?
- Miles de euros, mucho. Llevamos tres años con este proyecto de rescate, que ya cuesta, más las residencias, veterinarios, licencias... ¡Un dineral!”


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Organizer and beneficiary
Helena Tor
Organizer
Bunyola, IB
Patricia Alvarez
Beneficiary