
Patricia's amputation surgery and future prosthetics.
Donation protected
- (Hello, you will find the English translation, starting in the section in bold.)
- Las fotos y un enlace de los documentos los pueden encontrar en la parte final.
Hola, mi nombre es Sofía Rosales, tengo 25 años.He decido crear este GoFundMe porque quiero ayudar a mi madre, Patricia Villao, quien desde el 2019 ha luchado valientemente contra el cáncer. El 30 de diciembre del 2024 mientras todo el mundo nos preparábamos para finalizar el año nos dieron la lamentable noticia de que el cáncer había aparecido por 5ta vez y que esta vez ya no le podían dar tratamiento, ni la podían volver a operar para removerlo. Le dijeron a mi madre que la única solución que ellos ven es amputarle el brazo porque ella ya casi no tiene movilidad ni sensibilidad. Los $5,000 serán utilizados para cubrir con el costo de la amputación que se realizará este 28 de enero y el restante para una prótesis.
Les detallo más la historia desde el principio:
A mediados del 2019 mi madre empezó a sentir dolor en su brazo, pensó que era solo un dolor por estar lavando la ropa a mano, comenzó a tratarse por ella misma, sobándose, tomando pastillas para el dolor y cosas así, pero nada hacía qué el dolor se vaya y una pequeña bolita empezó a aparecer. Pasó más de un mes hasta cuando ella decide ir al médico porque el dolor y la inflamación iban incrementando. El médico le indica que es una inflamación y que iban a tratarla con pastillas (antiinflamatorios) por 15 días más o menos. Luego de que termina ese “tratamiento” el dolor y la hinchazón del brazo siguen, pero aumentando paulatinamente. Ella sigue yendo a más médicos de la provincia en la que vivimos para buscar otras opiniones pero todos le decían que solo era una inflamación, hasta que vuelve a un hospital público donde estaban unos doctores cubanos y le dicen que lo que ella tiene no es nada bueno, que era un tumor, que se vaya de urgencias a un hospital ubicado en la ciudad de Guayaquil, a 3 horas de nuestro pueblo. Para este punto, mi mami ya tenía más grande su “inflamación” (tumor) y ya estaba perdiendo la movilidad de los dedos.
Ellos le dijeron que fuera a esté otro hospital, el HOSPITAL DE ESPECIALIDADES DR. ABEL GILBERT PONTÓN porque esa operación requería de especialistas y que hiciera prácticamente todo lo posible para que la atendieran, le dijeron; si quieres llora o patalea, pero haz todo para que te atiendan.
Mi madre pasó por urgencias, y gracias a Dios la atendieron el mismo día. Desde ese día empezó su lucha, le hacían exámenes, radiografías y muchas cosas, hasta que 6 meses después, un 18 de diciembre de 2019 le internan por primera vez para operarle y sacarle el tumor. Ella y toda la familia estábamos contentos porque pensábamos que ya todo iba a terminar, pero no fue así.
Luego de la operación siguió con tratamientos y en control, pero fue obligada a dejarlos porque llegó la pandemia del coronavirus a Ecuador y todo cerró. Ella debía seguir con tratamientos, pero no podía hacer nada. No pudo porque hubo 2 meses de encierro total. Días después del inicio del encierro le informan que llegaron sus resultados de la primera operación y que lamentablemente se trataba de un sarcoma indiferenciado de alto rango de malignidad en las partes blandas, en otras palabras, CÁNCER. Y como si no fuera suficiente, el tumor cancerígeno estaba volviendo a salir. Y no fue hasta cuando se comenzaron a abrir las vías y las restricciones para las personas que tenían enfermedades catastróficas que ella pudo volver. Más a menos por mayo o abril ella vuelve al médico y sabiendo que el tumor había salido nuevamente, le indican que le van a hacer quimioterapia.
En junio del 2020 ella empieza con quimioterapia, 5 días a la semana, cada 21 días. Fueron 6 en total, acabando en octubre. Los detalles de lo que la quimioterapia le hizo a mi madre creo que muchos se lo pueden imaginar, pero va mucho más allá de lo físico, va mucho más allá de la pérdida de cabello, del oscurecimiento de la piel, de la debilidad o afectaciones a su cuerpo. La afectación psicológica y emocional creo que fueron una de sus mayores luchas en esos meses. No quiero hablar más de lo que creo que sentía porque no creo que me corresponda, pero fue muy fuerte, como tal vez se puedan imaginar.
Al final de la quimioterapia el tumor se redujo en su totalidad (pensábamos). Hubo meses de esperanza, eran buenos meses, hasta que se fueron desvaneciendo lentamente, pues, el cáncer estaba volviendo a hacer de las suyas. Sí, seguro se lo imaginaran, volvió a aparecer por tercera vez. Esta vez al ir al médico le dicen que no se puede hacer nada más y que lo único que queda es amputarle el brazo. No se imaginan cuánto sufrió mi madre esa primera vez, se iba a rendir y dejarse morir en el tiempo que Dios se la lleve, se rehusaba a la amputación.
En su desespero por no querer aceptar esa decisión ella busca más opciones y llega a SOLCA (SOCIEDAD DE LUCHA CONTRA EL CÁNCER DEL ECUADOR) en mayo del 2021, gracias a Dios. Nuevamente empiezan a hacer resonancias, tomografías, exámenes, etc., y el 24 noviembre de ese mismo año le vuelven a operar, por segunda vez. Y para el siguiente año (2022), el 5 julio comenzó un proceso de radioterapia, fueron 30 sesiones que tuvo, y terminó el 12 septiembre de ese mismo año. Esta vez, tanto los doctores como nosotros creíamos que no volvería a salir, pues, ya había tenido otra operación y luego radioterapia, no había posibilidades de que las células cancerígenas volvieran. Todos estábamos felices, pues gran parte del 2023 no se notaban indicios de que el cáncer estuviera volviendo, ella se hacía sus chequeos de rutina, iba a cada cita con puntualidad, no faltaba a ni una, viajaba 3 horas de ida y 3 de regreso cada vez, todo lo estaba haciendo bien.
Pero en diciembre del 2023 comienza a sentir los síntomas del cáncer en su brazo volviendo a aparecer. esa hinchazón y el dolor, todo nuevamente. Por 4ta vez. Y no fue hasta el 30 de mayo del 2024 que ella recibe su tercera operación, y en agosto de ese mismo año vuelve a aparecer por 5ta vez, el 30 de diciembre del año pasado los resultados de la resonancia magnética lo confirmaron. El doctor que llevó el caso de mi mami en ese hospital le da la noticia que menos esperábamos, Le dijo que solo quedaba la amputación, que no podían volver a operar ni hacer ningún tipo de tratamiento porque ella ya había recibido quimioterapia y radioterapia pero eso no había podido combatir el cáncer. Mi madre se negaba, y el doctor le habla con todo el corazón y la empatía del mundo y le dice; Patricia, yo podría volver a operarte pero te mentiría si te dijera que no te va a volver a salir. Le comentó que para su operación utilizó materiales totalmente nuevos y que hizo todo lo posible para que no quedara nada, pero no funcionó. Mi mami me comenta que el doctor se veía realmente afectado porque no quería darle esa noticia, porque hubiese deseado que los resultados hubieran sido otros.
La razón por la que mi madre ya no puede ser operada es porque ella ya ha sido intervenida 3 veces, y cada vez han tenido que sacar un poquito más de sus tejidos para asegurarse de que el tumor no vuelva a salir, ya ha perdido la movilidad casi completa de sus dedos y tiene casi nula sensibilidad.
Su lucha ha sido grande, al igual que la de muchas personas que pasan por procesos de enfermedades catastróficas. Otra vez se negaba a la amputación, y no la culpamos, nadie quisiera que cortaran alguna parte de su cuerpo. La decisión quedaba totalmente en ella y nosotros íbamos a respetar lo que quisiera, pero también tratamos de hacerle entender que si al final decida amputarse, eso también era luchar y también estaba bien. Como familia siempre estuvimos ahí, hijos, padres, hermanos, sobrinos, todos, sobre todo mi papi, Manuel Rosales, que nunca la abandono ni soltó su mano. La llevó a cada cita, la acompañó a cada cirugía y terapia, se sorprenderían de la cantidad de historias que mi madre ha escuchado de mujeres y hombres cuyas parejas les han abandonado porque tienen cáncer. Me parece tan triste y se rompe mi corazón al saber que personas que ya están sufriendo de esta manera tengan que sufrir también el dolor del abandono.
Hago este Go Fund Me porque mi madre se va a someter a operación para amputación en SOLCA, una clínica que es privada y aunque tienen muchas ayudas de fundaciones de muchos tipos, la ayuda no es suficiente para cubrir con los gastos. A lo largo de todo este proceso quien se ha hecho responsable de los gastos ha sido mi padre, porque gracias a Dios si tenía dinero para hacerlo pero dada la crisis económica que vive el Ecuador, que ha golpeado a cientos de familias, el negocio de mi padre, que se alimenta del turismo no ha estado dejando tantos ingresos, solo lo necesario para alimentar a la familia día a día como muchos en nuestro pueblo.
Los gastos de la operación son de aproximadamente $1,400 después de descontarle todo lo que las fundaciones que apoyan el hospital pueden cubrir. Se preguntaran entonces porque $5,000, el motivo es porque luego queremos hacer todo lo posible para conseguirle una prótesis para su brazo, y una prótesis va desde los $5,000 dependiendo del tamaño, la funcionalidad, los materiales, etc., y aunque los $5,000 que deseamos recaudar no cubren todos los gastos, esperamos al menos tener una base que nos ayude en un futuro cercano conseguirla. Y aun si no llegamos a lo que deseamos recaudar no saben cuanto nos ayudaría toda contribución que hagan.
Gracias por leer la historia de mi madre y por cualquier ayuda que puedan brindar.
Enlace: Reportes Medicos y Facturas
Here's the English translation (from ChatGPT)
Hello, my name is Sofía Rosales. I am 25 years old.
I’ve decided to create this GoFundMe to help my mother, Patricia Villao, who has bravely battled cancer since 2019. On December 30, 2024, while everyone was preparing to end the year, we received the heartbreaking news that the cancer had returned for the 5th time. This time, doctors said they couldn’t provide further treatment or perform another surgery to remove it. They told my mother the only solution they see is to amputate her arm, as she has almost no mobility or sensation left.
The $5,000 will be used to cover the cost of the amputation surgery, which will take place on January 28th, with the remainder going toward a prosthetic arm.
Let me explain her story from the beginning:
In mid-2019, my mother started feeling pain in her arm. She thought it was just soreness from handwashing clothes, so she began treating it herself by massaging it, taking painkillers, and trying other remedies, but nothing made the pain go away. A small lump began to form. After over a month, she decided to see a doctor because the pain and swelling were getting worse.
The doctor said it was inflammation and prescribed anti-inflammatory medication for about 15 days. When the “treatment” ended, the pain and swelling in her arm continued to increase gradually. She sought more opinions from local doctors in our province, but they all told her it was just inflammation.
Finally, she went to a public hospital where Cuban doctors told her the news we feared: it wasn’t just inflammation—it was a tumor. They instructed her to urgently go to a hospital in Guayaquil, 3 hours from our hometown. By this point, my mom’s “inflammation” (tumor) had grown, and she was losing mobility in her fingers.
She was referred to Dr. Abel Gilbert Pontón Specialty Hospital in Guayaquil, where they stressed the importance of doing everything possible to be seen. “Cry or make noise if you have to,” they said, “but get them to treat you.”
Thankfully, she was admitted through the emergency department that same day. From that point, her battle began. Over the next six months, she underwent exams, x-rays, and other tests. On December 18, 2019, she was hospitalized for her first surgery to remove the tumor. We were all hopeful that the nightmare would be over. But sadly, it wasn’t.
After the surgery, she continued her treatments and follow-ups but had to stop because the coronavirus pandemic hit Ecuador in 2020. With everything shut down, she couldn’t continue her treatments for months. When restrictions began easing around April or May, she returned to the hospital, but the tumor had already grown back.
In June 2020, she began chemotherapy: 5 days a week, every 21 days, for a total of six sessions, ending in October. Many of you can imagine the physical toll chemotherapy takes: hair loss, skin darkening, weakness, and damage to the body. But the emotional and psychological toll was even harder.
After chemotherapy, the tumor seemed to have disappeared entirely—or so we thought. For several months, we had hope. But that hope slowly faded when the cancer returned a third time.
Doctors told her there was nothing more they could do except amputate her arm. My mother was devastated. At first, she refused to consider it. She wanted to give up and let God take her when her time came.
In desperation, she sought other options and found SOLCA (The Ecuadorian Society for the Fight Against Cancer) in May 2021. By the grace of God, they took her case. She underwent MRIs, CT scans, and tests, and on November 24, 2021, she had her second surgery.
In 2022, she began radiation therapy, with 30 sessions from July 5 to September 12. We all believed the cancer wouldn’t return this time.
For most of 2023, everything seemed fine. She attended her check-ups, traveled three hours each way for her appointments, and did everything right. But in December 2023, she began feeling the same symptoms again: swelling, pain, and the all-too-familiar signs of cancer.
By May 30, 2024, she underwent her third surgery. Unfortunately, by August, the cancer had returned for the 5th time. On December 30, 2024, an MRI confirmed our worst fears.
The doctor told my mom they couldn’t perform another surgery or offer further treatments. She had already undergone chemotherapy and radiation therapy, but neither could stop the cancer. My mom resisted the idea of amputation again. The doctor, filled with empathy, explained, “Patricia, I could operate again, but I’d be lying if I said it wouldn’t come back.”
After three surgeries, they’ve had to remove increasing amounts of tissue, leaving her with little mobility in her fingers and almost no sensation in her hand.
Why I’m Asking for Help
My mother has fought so hard, as many people battling catastrophic illnesses do. None of us can blame her for hesitating to amputate her arm—it’s an unthinkable decision. But as a family, we have always been there for her, respecting her choices while helping her understand that choosing amputation is also a way of fighting.
My father, Manuel Rosales, has been her rock throughout this journey, never leaving her side. He has accompanied her to every appointment, surgery, and therapy.
We’ve met so many people at the hospital whose partners abandoned them after their cancer diagnosis, which breaks my heart. No one should face this kind of suffering alone.
We are raising funds for my mother’s amputation surgery, which will take place at SOLCA. While they receive some assistance from various foundations, it’s not enough to cover all the costs.
The operation costs approximately $1,400 after foundation subsidies. You might wonder why we’re asking for $5,000. The reason is that we want to help her get a prosthetic arm. Prosthetics range from $5,000 or more, depending on their size, functionality, and materials.
Although $5,000 won’t cover all the costs, it’s a starting point to make this dream possible. Even if we don’t reach the goal, every contribution will mean the world to us.
Thank you for reading my mother’s story and for any help you can provide.
Fotos de la primera operación tomadas el 23 de diciembre del 2019:
[Photos of the first operation, taken December 23, 2019:]
Fotos de como tenia su mano el 8 de julio de 2020 cuando le hicimos una sorpresa por su aniversario numero 30 de casados (sacadas de un video):
[Photos of her arm on July 8, 2020, when we threw a surprise 30 year anniversary party (screenshot from video):]
Fotos del 8 de agosto del 2020:
[Photos from August 8, 2020:]
Fotos con los efectos de la quimioterapia:
[Photos of the effects of the chemotherapy:]
fotos que tomaron unos familiares el 16 de septiembre del 2020:
[Photos that family members took on September 16, 2020:]
Foto de una salida madre e hija el 23 de marzo de 2021, ya le estaba saliendo cabello:
Photo of a mother-daughter date on March 23, 2021, her hair started growing back:
Foto del 11 de agosto del 2022:
Siempre cubre su brazo con abrigos cuando sale porque no le gusta que la gente le vea.
[Photo from August 11, 2022
She always covers her arm with a jacket/sweater when she goes out, because she doesn't like for people to see her.]
4 de octubre del 2022, casi 1 mes después de sus radioterapias:
[October 4, 2022, Almost 1 month after her chemotherapy:]
24 de diciembre del 2023:
Su mano se veía normal, pero el cancer estaba saliendo nuevamente.
[December 24, 2023
Her hand looked normal, but the cancer was reforming.]
22 de julio de 2024, casi 2 meses después de su tercera operación, y en agosto de ese mismo año vuelve a aparecer el tumor.
[July 22, 2024, almost 2 months after her third operation. Then, on August of this same year, her tumor reappeared.]
La mano de mi mami hoy en día, 2025:
[My mother's arm today, 2025:]
Organizer
Sofia Rosales Villao
Organizer
Mishawaka, IN