Partió con sueños pendientes. Hoy solo piden despedirlo

Yusbiel Barroso tenía solo 38 años. Pero vivía como si presintiera que el tiempo era escaso: trabajando sin descanso, sonriendo a pesar del agotamiento, y soñando —en silencio— con volver a abrazar a quienes más amaba.

Hace seis años partió en busca de un futuro mejor, dejando atrás a una hija de apenas 2 años y a un hijo de 9. Hoy, ella tiene 8. Él, 15.

No pudo verlos crecer. Pero jamás los soltó del alma.

Soñaba con reencontrarse con ellos, reunir los recursos necesarios y volver, aunque eso significara empezar de nuevo.

Pero no tuvo tiempo.

Yusbiel falleció lejos de sus seres queridos, con las manos llenas de trabajo y el corazón lleno de ausencias.

Dejó atrás no solo a sus hijos, sino también a una madre que hablaba con él todos los días. Cada llamada era su refugio. Hoy, esa madre solo desea verlo una última vez. No en una fotografía. No en un recuerdo. Sino poder despedirse de su hijo con dignidad y amor.

Esa despedida, sin embargo, no es sencilla. Implica una serie de gestiones delicadas y costosas: preparación del cuerpo, trámites legales, traslados y todo lo necesario para que él pueda descansar cerca de los suyos, donde su historia comenzó.

Esta campaña nace con ese único propósito: ayudar a que Yusbiel pueda tener un último viaje lleno de respeto, humanidad y amor.

Que su madre no tenga que imaginar su rostro.

Que sus hijos no digan adiós a una ausencia, sino a un padre que luchó hasta el final.

Mi nombre es Daniela López y, aunque no soy parte directa de la familia, soy una persona cercana que los acompaña en este momento tan duro. He decidido crear esta campaña a mi nombre para ayudar a que esta despedida pueda ser posible.

Si puedes aportar, gracias desde lo más profundo del corazón.

Si puedes compartir, también estás ayudando.

Y si este mensaje te tocó el alma, por favor… no lo dejes pasar.