Our family is heartbroken to share that Jessica Vega was tragically taken from us due to domestic violence. Jessica was a spitfire—fearless, unfiltered, and the life of every room she walked into. Known as the Big Boss, she was a hard worker and the one everyone turned to for strength and laughter. Her energy was contagious, her heart was enormous, and her loyalty ran deep. Jessica was protective of everyone she loved, especially her two children, Cloe and Kenai, who were her entire world.

Jessica loved adventure—rock climbing, hiking, extreme sports, beach trips, Disney vacations, and anything that made her feel alive. She was a true adrenaline junkie and a foodie who could make even a lunchbox feel special. Her kids still laugh remembering how other kids were jealous of the lunches she packed—pigs in a blanket, sushi, dumplings, and spam. At home, she loved shopping, watching movies, and spending time with her babies. She was a loving, funny, protective, and strong mother who gave her children the world—and then some.

We are raising funds to cover funeral expenses and to support the health and well-being of Cloe, 12, and Kenai, 10, as they face life without their mom or dad. Any support will help honor Jessica’s legacy and provide comfort and stability for her children during this unimaginable time.

Con el corazón destrozado, nuestra familia comparte la trágica noticia de que Jessica Vega nos fue arrebatada a causa de la violencia doméstica. Jessica era una mujer llena de energía, valiente, sin pelos en la lengua y el alma de la fiesta dondequiera que iba. Conocida como la Jefa, era una trabajadora incansable y el pilar de la familia, a quien todos acudían en busca de fortaleza y alegría. Su energía era contagiosa, su corazón enorme y su lealtad inquebrantable. Jessica protegía a todos sus seres queridos, especialmente a sus dos hijos, Cloe y Kenai, quienes eran su mundo entero.

A Jessica le encantaba la aventura: escalar, hacer senderismo, los deportes extremos, ir a la playa, las vacaciones en Disney y todo aquello que la hiciera sentir viva. Era una verdadera adicta a la adrenalina y una sibarita que podía convertir hasta la lonchera en algo especial. Sus hijos aún recuerdan con humor cómo otros niños envidiaban sus almuerzos: salchichas envueltas en masa, sushi, dumplings y carne enlatada. En casa, le encantaba ir de compras, ver películas y pasar tiempo con sus pequeños. Era una madre amorosa, divertida, protectora y fuerte que les dio a sus hijos todo, y mucho más.

Estamos recaudando fondos para cubrir los gastos del funeral y apoyar la salud y el bienestar de Cloe, de 12 años, y Kenai, de 10, mientras afrontan la vida sin su madre ni su padre. Cualquier ayuda contribuirá a honrar la memoria de Jessica y a brindar consuelo y estabilidad a sus hijos durante este momento tan difícil.