Main fundraiser photo

Más de un año después... More than a year later...

Donation protected
Hola, mi nombre es Diana y quiero contarles nuestra historia.
My name is Diana and I would like to share our story.

NO!! 
NO SE NOS HAN LLENADO LOS BOLSILLOS CON AYUDAS PÚBLICAS!! 
NOSOTROS NO NOS HEMOS ENRIQUECIDO INJUSTAMENTE!!!!
NO HA LLEGADO TODO LO PROMETIDO!!! 









NUESTRA HISTORIA

Comenzó hace años, un niño
humilde, huérfano, sin recursos pero con fuerza y necesidad de salir adelante. De joven se marcha con lo puesto a Inglaterra y desde allí hasta Australia, sin saber el idioma, solo pensando en buscar un futuro mejor.

Una de las veces que regresó a La Palma, conoce a una joven y se enamoran, se casan casi sin conocerse y tras un tiempo (no sin piedras en el camino) se reúnen en Australia para crear una vida juntos.
Allí forman una familia, trabajan muy duro y tras un tiempo, con sus hijos aún muy pequeños, deciden volver a “casa”, a La Palma.

En La Palma eligen Todoque, el lugar donde hacer sus sueños realidad, construir su casa con jardines, huertos, frutales, animales, bodega, crear su medio de vida, el Bar-Restaurante El Canguro, y poco a poco fue creciendo hasta que cada hijo tuvo su casa en el mismo espacio.
Y de eso hace ya casi 40 años.

Tras toda una vida de esfuerzo y mucho trabajo, Silvia y Antonio ya jubilados, disfrutaban de sus pájaros, del cuidado de sus animales, de sus cultivos, de su espacio, de su tiempo… de la satisfacción de ver a sus nietos y a sus hijos a su alrededor.

Hasta que llegó ese día, un día marcado para siempre en nuestro calendario de vida, el 19 de septiembre del 2021, el día que dejamos todo atrás sin saber qué pasaría… Pudimos regresar, recoger algunas cosas e incluso limpiar cenizas; teníamos esperanza, parecía que el avance de la lava se paraba, que nos dejaba nuestro pequeño rinconcito, pero no, no pudo ser. Tras noches sin dormir, incertidumbre, tristeza, nervios, agonía… 41 días después del comienzo de la erupción, el 30 de octubre, la lava se llevó por delante toda nuestra vida, tanto, que es muy duro volver a recuperar la ilusión, pero lo haremos.

No solo era nuestro hogar y nuestro refugio,… era el lugar de parada de tantas y tantas personas para tomar café, comprar el bocadillo para ir a trabajar a las fincas de plátanos (muchas de ellas desaparecidas también), sentarse a comer… El Canguro era un referente para muchas personas.
Para nosotros lo era todo, el sueño de dos personas trabajadoras, el trabajo de toda la vida y lo que dejaban a sus hijos y nietos para el futuro. Precisamente eso, el que no les quedara nada a sus hijos es lo que mas les dolor le produjo a Silvia y Antonio cuando se enteraron de la noticia; ni recordar quiero ese momento.

Nuestro barrio, nuestro cole, el cole de mis sobrinos, familias, amigos, el lugar por donde pasaba todos los días para ir al trabajo, el camino para llegar al mar desde donde veía las maravillosas puestas de sol que tanto echo de menos… ya no queda nada.

La naturaleza que tanto amamos nos demuestra que no somos dueños de nuestras vidas ni de nuestro destino.

Ha sido y sigue siendo duro, mucha decepción, desesperanza, dolor, incertidumbre, vacío… tanto tanto dolor.
Nos quedamos con las palabras de mi madre, que rota de dolor nos dijo: tienen que ser fuertes. Lo seremos, por ellos, por nuestros padres que tanto nos han dado.

A continuación quiero contar, también, la crónica de cómo vivimos esta erupción. El antes, durante y el hoy.
Dos días antes celebrábamos el cumpleaños de Nancy (una de las hijas de Antonio y Silvia). Ella pedía que el volcán no saliese ese día. No quería recordar la fecha de su cumpleaños como la fecha en la que salió el volcán. Se vivía con nervios, preocupación y tensión silenciosa. Intuíamos que iba a hacer daño. Pero no nos imaginamos su magnitud ni que golpease a nuestro barrio y a nuestra familia tan fuerte.
Se convoca una reunión la tarde anterior. Para informar y tranquilizar. Parecía que todo iba saliendo fruto de la improvisación. Saben que un volcán va a entrar en erupción. Conocen las zonas que pueden verse afectadas y no son capaces de decir que evacuación puede significar no poder volver a casa, porque pueden desaparecer bajo la lava. Dicen que preparen documentación importante, ropa y poca cosa más. Pues sabiendo eso (que a lo mejor tendríamos que salir corriendo y que no íbamos a poder volver en mucho tiempo y quizás nunca a nuestras casas) podíamos haber estado más preparados. Podían haber tenido lugares previamente preparados para dejar las cosas. Porque muchas personas salieron con lo puesto y no pudieron volver ni a por una foto. Es más, los barrios de La Laguna y Todoque no habían sido convocados a esa reunión. Diana (otra de las hijas de Antonio y Silvia) fue a la reunión ya que trabajaba en la zona. Antonio y Nancy siguen la reunión online. Habíamos preparado la documentación y no preparamos nada más, por eso, porque a nuestro barrio no lo habían convocado y porque parecía que tenían “todo controlado” o que no iba a hacer mucho daño. El domingo 19 nos despertamos después de una noche movida (temblores, ruido bajo la tierra). Era domingo, un día normalmente tranquilo pero los pájaros que nos despertaron con alegría, no cantaban. No se oía nada. Como quien espera algo. Atentos a algo. Luego el calor, el vapor que desprendía la tierra, que subía del suelo, por los pies. A Matías (hijo de Nancy) le gusta jugar en la tierra. Esa mañana no. Buscaban un sitio fresco para jugar. Pero el silencio era inquietante. Y en ocasiones se veía roto por los ruidos, temblores…
Diana que trabajaba en Caños de Fuego (lugar del centro de operaciones en ese momento) avisa, para ver si habíamos sentido un temblor muy fuerte. Parecía que iba a salir allí cerca.
Sale el volcán. Silvia sale a la terraza y grita nerviosa "¡Ya salió!". Salimos fuera, nos encontramos la columna de humo frente nuestra casa. No puede ser. Antonio y Nancy suben a la azotea. Él hace cábalas y dice que por allí no va a pasar. Nancy lo ve muy cerca y dice que tenemos que intentar coger todo lo que podamos porque nos tenemos que ir.
Nancy se va la primera, para alejar a los niños de aquello, ya que Fabio llora y está muy asustado y Matías está serio y no entiende nada de lo que pasa.
La desesperación hace mella, el resto de la familia no abandona la casa. Antonio no quiere irse. Finalmente la Guardia Civil avisa que hay que evacuar. Antonio sale con las manos vacías y se queda toda la noche dentro del coche mirando al volcán.
A los dos días podemos volver. Gracias. A Diana y a Kevin (hijo pequeño de Silvia y Antonio) les dicen que saquemos lo que podamos. Y piensan en los papeles de la casa. Tienen que romper la puerta de la oficina donde Antonio guarda los papeles de la casa.
El primer día que podemos volver, Nancy se queda en shock. Nos dan quince minutos. Una vida en quince minutos. No sabemos qué llevarnos. Diana busca a Nancy y la saca del shock, la ayuda, se ayudan. Colocamos una manta en el suelo y ponemos cosas en ella. No tenemos tiempo para seleccionar.
Durante la erupción y posterior a ella, Kevin (conductor de guagua) acompañó y llevó a los agricultores a sus terrenos; Nancy trabajó como orientadora de bienestar emocional en los centros educativos afectados con los alumnos, familias y profesorado; David (hijo mayor) es conductor de camiones, transportando plátanos, donaciones recibidas,… y Diana que no podía trabajar en Caños de Fuego, estuvo recibiendo a damnificados, ayudándoles a dejar sus pertenencias, entregarles comida y productos de primera necesidad en unas naves destinadas para ellos.
Antonio y Silvia esperan por poder encontrar un lugar con espacio para estar cómodos, un trocito de tierra donde volver a cultivar y poder estar unidos de nuevo, como el espacio que crearon con tanto esfuerzo y amor.

Más de un año después Antonio y Silvia siguen sin tener ese espacio donde descansar, donde reponerse, donde se sientan en casa. Siguen con una tristeza inmensa, con la mirada perdida, ... no superan lo ocurrido.

No llegan todas las ayudas económicas prometidas desde las administraciones públicas. Se ha encarecido todo, alquileres elevados, terrenos vacíos para construir han triplicado los precios, viviendas en venta a precios inalcanzables...

Nos gustaría volver a reconstruir un nuevo Canguro, volver a crear nuestros hogares, no queremos nuestra historia, se quede en el olvido. Por ellos, por Antonio y Silvia, quienes pusieron tanto amor, ganas y esfuerzo en construir ese hogar que tanto recordamos.

¡GRACIAS INFINITAS Y DE CORAZÓN A TOD@S!


ENGLISH VERSION

Our story...

It started years ago, a poor young boy with power and in need emigrated to England first and years after to Australia. He didn’t know the language however he wanted a better future.

He went back to La Palma (Canary Islands, Spain) and he fell in love with a young lady. They got married a month after they saw each other for the first time. Together, they created a new life and a family in Australia. They worked very hard and in 1983 they decided to go back home, to La Palma, with their children.

On La Palma they chose Todoque, a little but very quiet place, to make their dream come true. They built their house and The Kangaroo Restaurant. A place where they worked very hard to finally build a house for their two daughters and two sons.
It has been almost 40 years ago.

After years of tough work, Silvia and Antonio are retired. They enjoyed their place, the garden, free time and they were very happy to see their family together.

Finally, that day arrived. 19th of September 2021, a day well marked in our life´s calendar. We left everything behind us without any idea if we could back to our homes. We could back a couple of days for fifteen minutes to pick some stuff up, we had hope and even we could see how the lava started to stop but we couldn’t do anything.
After long days and nights without sleeping, the lava flow reached our place, 41 days after the eruption started, on the 30th of October. A devastating moment for us.

It was not only our home, it was a well-known place for a lot of people who stopped to buy their meal or drink a coffee before or after they went to the bananas plantation to work. Lots of those plantations were destroyed by the lava as well.
For us, it was everything. The dream of my parents, the work of all their life, and our future.

THANK YOU to every single person who help us, those who gave us a hand or a hug, who helped us to pick our stuff up, people who offered us their houses to stay in, who sent us a message, who called us,… THANK YOU!

We want to see the future with hope, we have learned a lot. It is still very hard.
My mother told us: You have to be strong and we have to.

... not finished English yet.




Organizer

Diana Gómez Leal
Organizer
Los Llanos, CN

Your easy, powerful, and trusted home for help

  • Easy

    Donate quickly and easily

  • Powerful

    Send help right to the people and causes you care about

  • Trusted

    Your donation is protected by the GoFundMe Giving Guarantee