“Me dijeron que solo viviría unos meses… y aquí estoy, tres años después, luchando con todas mis fuerzas.”
Soy Vero, y desde abril de 2022 mi vida cambió por completo.
Ese día escuché las palabras que nadie quiere oír: “Tienes cáncer de páncreas”.
Los doctores dijeron que me quedaban pocos meses, pero dentro de mí algo gritó más fuerte: “No, yo quiero vivir”.
Desde ese momento puse mi vida en manos de Dios y decidí que no iba a rendirme. Empecé 58 quimioterapias en el COI, gracias al seguro médico de mi trabajo. No eran para curarme, solo para evitar que el cáncer se expandiera. Las quimios me dejaron neuropatías, dolor y cansancio… pero jamás me quitaron las ganas de seguir. Seguí trabajando con ilusión, con pasión, con el mismo amor por la vida que siempre he tenido.
Cuando el seguro se agotó, tuve que acudir al Hospital de Oncología del Siglo XXI.
Ahí me dijeron que era imposible que siguiera viva con ese diagnóstico, que debía haber un error. Me dejaron sin tratamiento durante meses, mientras repetían todos los estudios.
Cuando finalmente confirmaron que sí, que el tumor seguía ahí y que yo era un milagro viviente, ya habían pasado seis meses sin tratamiento.
Después vino una cirugía difícil: me extirparon un tumor del colon y colocaron una colostomía que se complicó con infecciones graves.
Pasé por varios quirófanos, tuve un aparato que drenaba la infección, y por momentos mi cuerpo ya no podía más. En el hospital adquirí bacterias peligrosas, los medicamentos no llegaban, el dinero se agotó… y aun así, volví a levantarme.
Como el ave fénix, volví a la vida cuando todo parecía perdido.
Hoy vuelvo a escribir porque me encuentro ante una nueva batalla.
El tumor del páncreas creció en solo dos meses. Está presionando mi colon y bloqueando el duodeno, lo que me impide comer y causa un dolor insoportable.
Necesito una cirugía urgente para retirar el tumor y liberar las vías bloqueadas.
Esta operación no puede hacerse en el Seguro Social y cuesta $700,000 pesos mexicanos, ya que requiere varios días en terapia intensiva y una técnica muy especializada.
He vendido mi coche, he intentado pedir créditos (me los negaron por mi historial médico), y ya no tengo más recursos. Pero sí tengo esperanza.
Tengo fe, tengo amor, tengo ganas de vivir.
Quiero seguir viendo crecer a mis sobrinos, seguir trabajando, seguir soñando.
Le prometí a mi papá —antes de que partiera— que iba a vivir, y pienso cumplirlo.
Por eso te pido, desde lo más profundo de mi corazón:
Ayúdame a seguir luchando.
Cada donativo, por pequeño que parezca, puede acercarme un paso más a la vida.
Hoy necesito de ti para poder continuar esta historia… una historia que todavía no termina.
Gracias por leerme, por compartir, por donar y por creer conmigo que los milagros existen. :)





