Juntos por María Angélica: Esperanza en Acción

En este momento de necesidad, nos reunimos con humildad y esperanza para dirigir nuestra atención a una persona que encarna la resiliencia, la bondad y el amor incondicional: María Angélica Guillén.

María Angélica, de 56 años de edad, ha sido un pilar de fortaleza y amor en las vidas de aquellos a quienes ha tocado con su presencia. Como madre ejemplar, hermana comprensiva, esposa dedicada, hija cariñosa y amiga leal, ha iluminado con su calidez los corazones de quienes la rodean.

En el año 2013, enfrentó con coraje y entereza el diagnóstico de un carcinoma transicional de alto grado de vejiga en estadio IV. A través de un arduo tratamiento de quimioterapia, demostró una fuerza interior inquebrantable y emergió victoriosa, siendo un faro de esperanza y determinación para todos los que la conocen.

Sin embargo, la vida, en su complejidad, le presentó un nuevo desafío en el 2017, cuando experimentó una recaída que enfrentó con valentía y resistencia, sometiéndose al tratamiento con Gemcitabina con una determinación admirable.

En este momento presente, febrero del 2024, María Angélica se encuentra ante un nuevo capítulo en esta batalla contra el Carcinoma urotelial de Alto grado, post mitomicina, post Quimioterapia en recurrencia local T3bN2M1, en estadio IV. En este crítico momento, es imperativo unirnos en solidaridad para ofrecer nuestro apoyo incondicional a esta valiente guerrera.

Cada gesto de generosidad, cada muestra de apoyo, contribuye a tejer un manto de esperanza en torno a María Angélica. En medio de la adversidad, nuestra unión y solidaridad pueden servir como un bálsamo reconfortante en su camino hacia la sanación.

Que nuestra colaboración sea un testimonio de la fuerza que reside en la unidad y el amor compartido. En esta comunión de esfuerzos y afecto, elevamos nuestras voces en un coro de esperanza y consuelo para María Angélica.

A través de nuestras acciones conjuntas, podemos ser el ancla que la sostiene en las turbulentas aguas de la enfermedad. A cada paso, a cada donación, estamos sembrando semillas de esperanza y renovación en el jardín de su vida.

Que nuestro compromiso con María Angélica sea un faro de luz en medio de la oscuridad, una demostración de que juntos, con amor y solidaridad, somos capaces de superar cualquier desafío que se presente en nuestro camino. En honor a María Angélica, en pos de la vida y la compasión, unamos nuestras fuerzas y corazones en este noble propósito.

¡Qué Dios se los multiplique en vida y salud!