On October 31, our beloved son Antony was taken from us in a tragic accident. At just 15 years old, Antony was a kind and caring child, deeply loved by his family and friends. He was a devoted big brother to his 6-year-old sibling, always showing his gentle character through small gestures of love and support. Antony’s absence has left a hole in our hearts that can never be filled. Our family, both here in the United States and in Nicaragua, is heartbroken, struggling to come to terms with losing someone who brought so much joy, laughter, and kindness into our lives.
We are raising funds to cover the costs of funeral arrangements and to transport Antony to Nicaragua, where he can be laid to rest with our loved ones. Any contribution, no matter the amount, will help lighten our burden and allow us to focus on healing.
Sadly enough, the most painful goodbyes are the ones that are left unsaid and never explained. Antony never made it back home safely to his family, and it breaks our hearts knowing he didn’t get the chance to properly say goodbye.
-
El 31 de octubre, nuestro amado hijo Antony nos fue arrebatado en un trágico accidente. Con tan solo 15 años, Antony era un niño bondadoso y cariñoso, profundamente amado por su familia y amigos. Era un hermano mayor devoto de su hermano de 6 años, demostrando siempre su dulzura con pequeños gestos de amor y apoyo. La ausencia de Antony ha dejado un vacío en nuestros corazones que jamás podrá llenarse. Nuestra familia, tanto aquí en Estados Unidos como en Nicaragua, está desconsolada, luchando por aceptar la pérdida de alguien que trajo tanta alegría, risas y bondad a nuestras vidas.
Estamos recaudando fondos para cubrir los gastos del funeral y el traslado de Antony a Nicaragua, donde podrá descansar junto a nuestros seres queridos. Cualquier contribución, por pequeña que sea, nos ayudará a aliviar nuestra carga y nos permitirá centrarnos en nuestro proceso de sanación.
Lamentablemente, las despedidas más dolorosas son las que quedan sin decir ni explicar. Antony nunca regresó sano y salvo a casa con su familia, y nos rompe el corazón saber que no tuvo la oportunidad de despedirse como es debido.
“El Señor es mi pastor, nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.” — Salmo 23:1–3
Organizer
Ivania Ortiz
Organizer
Jefferson City, MO

