Help me finish medical school

Hola, mi nombre es Diane Vargas . Soy actualmente una estudiante de medicina intentando terminar mis estudios. Este escrito tendrá dos versiones, la versión corta, y una un poco mas íntima en donde nos convertimos en amigos.

La versión corta es que me falta muy poco para terminar escuela de medicina, pero tristemente ocurrió una situación con los prestamos estudiantiles, y no cuento con la ayuda económica para poder costear mis estudios y culminar. Por esta razón pido tu ayuda para así poder completar esta etapa del proceso y finalmente cumplir esta meta. Las razones y un poquito más de mi historia se encuentran abajo, por si te apetece quedarte y acompañarme un ratito.

Quien me conoce sabe que esto de estudiar medicina no es solo un sueño. Comenzó como uno, pero sueños tienen muchos. De hecho, entre mis sueños está el algún día viajar el mundo y visitar las 7 maravillas, tener un Schnauzer miniatura negro y llamarle "Blue", aprender a tocar el piano, conocer a Oprah y decirle lo mucho que quiero cambiar el sistema y que necesito de su ayuda para lograrlo, para que sea uno justo que ayude a estudiantes como yo a poder terminar sin necesidad de tener deudas para está y las próximas 5 vidas. Pero un sueño es algo que puede cambiar, y estudiar medicina nunca se ha convertido en una opción para mi, más bien un propósito de vida.

Comencé haciendo una carrera en química en la UPR Rio Piedras. Siendo honesta, porque siento que le estoy escribiendo una carta a un amigo, porque eso eres, mi amigo, nunca pensé ejercer esa carrera. Pensé que la química sería solo un escalón más para lograrlo. Pero no fue así. Entre huelgas y la partícula en la caja de Schrödinger, logramos un diploma, pero no lo logramos a tiempo para aplicar a escuela de medicina. Por lo que llegó el momento de poner en práctica todos esos conocimientos químicos, trabajando en la industria farmacéutica. Aunque acá entre nos, como amigos tan íntimos que ya somos, te toca aprender todo nuevamente porque la teoría no se parece en nada a la práctica. Y en el camino conocí maestros de la profesión y maestros de la vida, personas que sin saberlo marcaron mi vida para siempre. Fue duro, no te miento. Porque siempre había algo en mí que me gritaba que debía seguir, que debía buscar empezar mis estudios en medicina. Pero todo siempre pasa cuando tiene que pasar, y yo necesitaba crear resiliencia y estar lista.

En la industria farmacéutica estuve 5 años, o quizá 6. Aprendí a ser disciplinada, entendí la importancia de asegurar la calidad en todo lo que hacía, porque al final cada producto que tocaba llegaría a las manos de un paciente. Me sentía responsable de mi parte en el proceso, y busque cada día trabajar más duro, entregarlo todo. Pero al final, algo faltaba. Nuevamente la vocecita en mi cabeza que me decía "ve a por ello". Hasta que un día, en esos andares por los laboratorios, esa voz ya no estaba en mi cabeza. Se hizo real. Mi compañera de turno se convirtió en mi compañera de hogar en una isla vecina a la que jamás habíamos ido. Y fue ahí donde todo comenzó.

Comencé diciendo que, quien me conoce sabe que esto no es solo un sueño. Y si has estado lo suficiente en mi vida sabes que todos esos años de capacitación en la vida me han llenado de una fortaleza infinita para luchar por lo que es importante para mí. Luego de dos años y de haber completado los años básicos de escuela de medicina, de haber vivido en otra isla que no es Puerto Rico, de haber aprendido a dominar el guiar por el lado contrario en la carretera, el haber creado lazos inigualables con seres que ahora forman parte de mi vida para siempre, de haber conocido lo que es la necesidad y entender la importancia de tener sistemas de salud que piensen primero en el paciente antes que en el dinero, regresé a mi isla Puerto Rico, pero no pude continuar con los estudios por problemas relacionados a los prestamos estudiantiles. Buscamos alternativas, ya que sabíamos que no habíamos llegado hasta aquí en vano. Algunos estudiantes lograron transferirse de escuela. En mi caso yo seguía intentando, pero muchas puertas se iban cerrando. Y después de tanto, la mente empieza a hacer de las suyas. Comienzas a dudar, empiezas a preguntarte si estas en el camino correcto, si vale la pena continuar. Comienzas a comparar tu proceso con el de otros y la frustración sigue aumentando, aunque eso no nos detenía, nos daba más fuerzas para seguir. Este es el momento de la historia en donde un sueño se cambia por otro, en donde dices “lo intentamos, pero no funciono”. Porque los sueños son solo eso. Pero esto, esto no era un sueño. La vida me estaba preparando para mi propósito de vida y necesitaba que estuviese lista para ello. Y dejé de preguntarme el porque de las cosas y comencé a preguntarme el ¿para qué?

¿Para qué queremos seguir? ¿Para que quiero seguir y terminar mi carrera en medicina? Para servir a cada paciente como se merece, para hacer la diferencia en cada una de sus vidas, para dejar una huella, para marcar vidas, para dejarte saber que si importas, para practicar la compasión, para cambiar el sistema, para mañana servir de ejemplo y de sostén a todo aquel que un día se pregunte si vale la pena seguir luchando. Para luchar por lo que vale la pena luchar y hacer de este pedacito de tierra uno en el que valga la pena vivir.

Luego de muchos intentos, logro transferirme de universidad, a una que si me permitía aplicar a prestamos estudiantiles y poder continuar. Y esto significó otra mudanza. ¿Estas listo? Nos vamos para Philadelphia. Cuando llegué, el lugar donde me iba a quedar no estaba listo aún. Y esa misma noche mi amiga habla con su tía, y ellos me abren la puerta de su casa para poder pasar la noche. Era mi primera vez en Philadelphia, y poder tener la bendición de ser acogida por una familia puertorriqueña, que sin conocerme decidió ayudarme, se sintió como haber encontrado un pedacito de mi tierra en un lugar extranjero, se sintió como un abrazo al corazón y un susurro al oído que me decía “no estas sola”. Pase unos meses en Philadelphia, muchas galletitas con mantequilla de maní porque no tenía carro para hacer compra. Y en el hospital conocí a la que se convertiría en mi nueva familia para esta nueva fase. Sin ellos no habría sido posible seguir, me buscaban al lugar donde me estaba quedando y me llevaban de regreso. Compartíamos tardes de estudio para no sentirnos tan solos. Pero luego nos toco separarnos nuevamente, y me moví a mi nuevo destino, Chicago.

¿Recuerdas que hablamos de que todo pasa por algo y que siempre pasa como tiene que pasar? Si aún no lo crees, después de todo lo que te he contado, espero que esto próximo te haga cambiar de opinión. Chicago es muy costoso, y en tan poco tiempo fue muy difícil poder conseguir donde vivir. Mi mamá me contó que tenía una prima que vivía allí, una que yo solo había conocido cuando tenía aproximadamente dos añitos. Le escribimos y ella sin pensarlo dos veces me abrió las puertas de su casa y me dio alojo. Pero la mayor bendición no fue esa, fue poder reencontrarme con familia maravillosa que no sabía que tenía, y el que se han convertido en una parte tan importante en este proceso y en mi vida. Y allí he transcurrido mis rotaciones clínicas, llena de mucho amor y rodeada de personas maravillosas que me siguen bendiciendo todos los días, y reafirmando que cuando estas en el camino, todo lo que necesitas llegará a ti.

Por situaciones de la vida, quizá una lección más por aprender, me encuentro nuevamente en la misma posición. Ocurrió una situación con los prestamos estudiantiles, a tan poco de poder terminar mi carrera. Pero esto no es una historia triste, porque como todo lo que te he contado, siempre hay una puerta abierta esperando porque yo pueda verla para cruzarla. Siempre miré esta carrera como una muy solitaria, muchas horas de estudio, muchos planes cancelados, muchas festividades que ya no están en mi calendario, el no poder pasar tiempo de calidad con la familia y el tener que separarme de todo aquello que formaba parte de mi realidad, para comenzar una nueva. Pero miro atrás, y sin importar a cuantos cumpleaños no pude asistir, cuantos planes tuve que cancelar, cuantas veces tuve que partir para lograr esta meta, dejando mucho y a muchos atrás, nunca estuve sola. Hasta en los lugares en donde jamás pensé poner pie, la vida se encargo de ponerme angelitos en el camino para guiar mis pasos. No ha sido fácil, pero nada que vale de verdad la pena lo es. Solo depende de cuanto lo quieres. Así que hoy me encuentro aquí, dejándote mi vida y mi corazón en estas letras, pidiendo con toda la humildad que me acompañes en esta última parte del proceso. Para que ya sea con una ayuda económica, o con una oración, me ayudes a poder lograr esta meta, y que podamos caminar juntos a esa graduación.

Muchas bendiciones para ti y gracias por tomar el tiempo para leerme.

Hi, my name is Diane Vargas. I am currently a medical student trying to finish medical school. This transcript has two versions, the short version, and another version a little bit more intimate in which we become friends.

The short version is that I am so close to finishing medical school, but sadly something happened with the student loan system at my university, and I do not have the financial help right now to be able to pay for what I have left and finish. For this reason, I am asking for your help, to be able to finish this final chapter and accomplish this goal. And if you decide to stay a little longer, below are the reasons and a little bit more about myself and my story.

Whoever knows me knows that pursuing a career in the medical field is not just a dream. It started like one, but many have countless dreams. Between my dreams, there is traveling the world and visiting the 7 wonders, have a miniature Schnauzer and call him “Blue”, learn how to play the piano, meet Oprah and tell her my urge to change the system and that I need her help to make it happen, so that it can be a fair system that help students like me finish their studies, people that have the call to serve, without the necessity of ending up with debts that can cover for this and 5 more life’s. But a dream is something that can change over time, and pursuing medical school has never being an option for me, more like a life purpose.

I started pursuing a degree in Chemistry at the University of Puerto Rico, Rio Piedras Campus. If I am completely honest with you, like if I was talking to a friend, because that's what you are, my friend, I never intended to practice that bachelor degree. I thought that my degree in Chemistry was just going to be another step towards making this happen. But that was not the case. Between university strikes and Schrödinger’s particle in a box, we achieved getting a diploma, but it was not in time to be able to apply to medical school that year. And for that reason, the time was right for me to start working in the pharmaceutical industry and put all that chemical knowledge into practice. But between us, the theory is not even close to the reality of working in the industry, it was like I was learning everything for the first time again. And in that journey, I met teachers of the profession, and teachers of life, people that have impacted my life forever without even knowing it. And I am not going to lie, it was hard. Mainly because there was always something inside of me screaming that I should keep going on the pursue of making medical school happen. But everything always happens for a reason, and I needed all of this to create resilience and be ready.

I worked in the pharmaceutical industry for around 5-6 years. I learned there how to be discipline, I learned the importance of assuring that everything was made with the highest quality, because at the end, every product we touched was going to end up in the patient’s hands. I felt very responsible for my part of the process, and had the commitment with myself of working harder and harder every day, give my everything. But at the end, there was always something missing. Again, that voice in my head was yelling at me “make it happen!”. Until one day, walking through those laboratories, that voice became real. My shift partner became my roommate in a neighbor island that we have never visited before. And this is where everything started.

I started saying that, people who know me well, know this is not only a dream. And if you have been long enough in my life, you know that all these learning years through life has giving me infinite strength to fight for what is important to me. After two years and completing the basic training of medical school, two years of living in an island that is not Puerto Rico, of learning and mastering driving on the opposite site of the road, of creating unbreakable bonds with people that will forever be part of who I am now and my journey, of seeing what need and necessity really is and understanding the importance of having health systems that put patients and their needs first, I returned to my island Puerto Rico. But I couldn’t continue my clinical years of medical school, because of some financial situations the school had with the loans, and me not having the money to pay for what was left. We students look for alternatives to be able to finish, because we knew we didn’t come this far just to come this far. Some students manage to get transferred to another schools. In my case, I was still trying, but a lot of doors closed in the way. And after so much, your mind starts playing games with you, you start doubting if you are in the right path, if is worth to continue. You start comparing your process with others, and frustrations starts to be your daily norm. But none of this was enough to stop us, it kept feeding our strength. This is the part of the story where you change one dream for another, where you say to yourself “we tried and it didn’t work”. Because dreams are just that, but this, this is not just a dream. Life was preparing me for my life purpose and I needed to be ready for it. And I stop asking myself “why?”, and I started asking myself “for what?”

For what I want to keep going and pursue this degree in medicine? To serve patients the way they deserve, to make a difference in people’s life’s, to leave a mark, to change life’s, to let you know and remind you that you matter, to practice compassion, to change the system, to serve as an example to all those that are asking themselves if is worth the fight and remind them to keep fighting for what they love. To fight for what is worth fighting and make of this world a place in which is worth living.

After a lot of trying, I finally was able to transfer to another school, one that had a loan system so that I could apply and be able to finish. And this meant I had to leave Puerto Rico again. Are you ready? We are going to Philadelphia. When I arrived there, the landlord of the place I was staying at told me the place was not ready yet, meaning I didn’t have a place to stay and I was already in Philly. My friend called her aunt, and they let me stay with them that night. It was my first time in Philadelphia and having the blessing of being received by a puertorrican family that decided to help me even without knowing me, it felt like finding a piece of home in a foreign place, it felt like a hug to my soul and a whisper to my ear that said “you are not alone in this”. I had to be in Philly for a couple of months, many nights of saltine crackers with peanut butter because I didn’t have a car to go grocery shopping. And there, at the hospital, I met who was going to be my new family for the next couple of months. Without them, this would not be possible. They picked me up where I was staying at to go to the hospital and brought me back, we shared many studying afternoons together to not feel so alone, but after a couple of months, we had to part different ways, and now I had to move to my new destination, Chicago.

Do you remember what we talked about, that everything happens for a reason and exactly the way it was supposed to happen? If you still don’t believe this, I hope the next part of the story makes you change your mind. Illinois is a little expensive, and in such a short amount of time, it was very hard for me to find a place to live. My mom told me I had a cousin, one that met me when I was just 2 years old. We contacted her, and without thinking it twice she said yes for me to move in with them. But the bigger blessing was not that, it was the fact that life gave me the chance to meet with an amazing family I didn’t know I had, and they have become such an important part of this journey and my life. There, I have been doing my clinical rotations, surrounded by love and amazing people that keeps being a blessing to my life every day, that keeps reminding me that when you are in the path you are supposed to be, everything that you need will just come.

Because of life mysterious ways of doing things, maybe another lesson to be learned, I am facing the same situation again, just a few months away from finishing medical school. There was a situation with the school and the loan system, and now I don’t count with the financial help to be able to pay for what I have left. But this is not a sad story, because every time a door has close, the universe has redirected me to where I am supposed to be and have put in the way all the tools I need to become who I am supposed to become to pursue this goal. Through the years, I always saw this career as a lonely one, many cancelled plans, many festivities that do not have a space in my calendar anymore, not being able to spend quality time with the family. But I look back and I just see a story of a girl that no matter where she was put, no matter the sacrifices she had to do, leave her home and the people she loves to pursue a goal, she was never alone. Even in the most remotely far and unknown places, life manage to put people or angels in her way, to guide her steps and reminded her that she was not alone in this. It hasn’t been easy, I’ll admit that, but nothing worth getting is. It just depends on how much you want it. And that is the reason I am here today, writing these words, asking with a lot of humbleness in my heart for your help, for you to be part of my journey, with a prayer or any financial help you can give me to finish this last part of this long ride, so that you and me can walk together to that graduation.

Many blessings to you and thank you for reading me.