Medical & treatment expenses

Soy José Armando Zambrano Mejía, tengo 45 años y vivo en Mérida, Venezuela. Soy comerciante, casado y padre de una niña de 27 meses. A los 25 años fui diagnosticado con diabetes mellitus tipo 1 y actualmente sigo tratamiento con insulina, exámenes de laboratorio y consultas médicas.

El 18 de marzo de 2024 fui hospitalizado durante ocho días en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) debido a una cetoacidosis diabética causada por una infección gástrica. Permanecí en la unidad de Trauma Shock con exámenes alterados y anemia, lo que requirió varias transfusiones de sangre.

El 26 de marzo mi estado empeoró y fui trasladado al Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (IHULA), donde ingresé inconsciente, con niveles de azúcar extremadamente altos, presión arterial baja y colapso renal. Recibí tratamiento con antibióticos, soluciones, albúmina e insulina, adquiridos por mis familiares y amigos debido a la falta de recursos en el hospital.

Tras una leve mejoría, comencé a sufrir un deterioro físico que me impidió caminar, con fiebre alta y glicemias descontroladas. Ante la falta de avances, mi familia consultó a otro especialista, quien ordenó un examen PCR múltiple. Los resultados confirmaron una infección por garrapatas (Anaplasmosis y Babesia), pero el tratamiento necesario no estaba disponible en Venezuela. Gracias a donaciones, se consiguió en España y llegó tras 15 días.

Mientras continuaba con antibióticos, logré recuperar parcialmente la movilidad. Mi hospitalización se prolongó por un mes y una semana, durante la cual mi familia agotó todos sus recursos y tuvo que recurrir a préstamos y ventas para costear mi tratamiento.

A pesar de todos los desafíos, sigo luchando por mi recuperación con el apoyo de mi familia y seres queridos. Sin embargo, el alto costo de los tratamientos, consultas médicas y medicamentos sigue siendo una carga difícil de afrontar.

Por ello, cualquier ayuda que puedan brindarme será un paso más hacia mi recuperación y estabilidad. Agradezco de todo corazón su apoyo y solidaridad en este momento tan difícil. Su ayuda no solo me permitirá continuar con mi tratamiento, sino también recuperar mi calidad de vida y seguir adelante por mi familia.

¡Gracias por su generosidad y que Dios les multiplique en salud y bienestar!

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