Estudiar Teatro Musical en NYC

¡Hola! Soy Adriana Molina y estoy a nada de cumplir uno de mis sueños más grandes. Desde hace algunos años la música, el canto y la escena se convirtieron en mi pasión más grande. A una edad muy temprana encontré mi primer amor, el canto, y por mucho tiempo estudié el arte de la voz cantada, hasta que me profesionalicé. Cuando me gradué de la universidad como cantante de ópera, me encontré con lo que se convertiría en mi segundo amor: el teatro.

Desde entonces he luchado por no dejar de hacer aquello que me apasiona, buscando siempre la oportunidad de mantenerme activa y en forma dentro de la música y la escena, y aunque a veces es difícil seguir preparándome por cuestiones económicas, de tiempo o trabajo, nunca pensaría en dejar de lado esta gran pasión.

Gracias a la experiencia, preparación y constante búsqueda de mejorar se me presentó la oportunidad de audicionar en la ciudad de Nueva York, NY en una de las Universidades más prestigiosas de arte dramático, la American Academy of Dramatic Arts, en la cual fui aceptada, y me otorgaron becas y apoyos económicos de parte de esta institución, sin embargo, estos apoyos no son suficientes para solventar los gastos de estudiar y vivir dos años en Nueva York.

Durante mi carrera artística he tenido el apoyo incondicional de mi familia, amigos y de la comunidad artística en mi ciudad, y sé que hay muchas personas que pueden ayudarme y formar parte de la realización de este gran sueño, que más que un sueño, es un paso determinante para proyectarme y consolidarme internacionalmente como artista.

El hecho trascendental, como lo es para mí el de estudiar arte dramático en Nueva York, no puede ser posible sin tu ayuda. Tú puedes ser el viento que impulsa el barco que viaja hacia el destino de una niña que empezó a cantar a los ocho años y no ha dejado de hacerlo desde entonces. Ahora no es tiempo de rendirse, dudar o pensar que estoy sola en este proceso. Sé que hay una comunidad que está ahí, impulsando el ascenso de alguien que se niega a dejar de soñar. El sueño está cada vez más cerca de convertirse en una realidad pero aún queda camino por recorrer. ¿Me acompañas?