Help us bury my father

Julio was a man loved very much by the community he lived in and helped for over 30 years. He spent much of his life traveling across California fixing appliances and cars for a living, at times for little to no money. Everywhere he went he was beloved and well received for his endearing personality and ability to befriend all those around him. Julio was the type of man to take his coat off and put it on someone else even if he had nothing. He taught me humility, compassion and selflessness and on top of that, how to play the guitar. He lived poorly but happier than anyone else I knew, constantly struggling with equipment and expenses but always one call away if you needed him. He was never boring, always full of things to talk about and a beautiful soul, to him that was true wealth and he lived and stayed true to his beliefs.

Unfortunately on January 4th after weeks of struggling in the hospital to recover from massive 3rd degree burns on his entire lower half body he contracted Covid 19 and passed away suddenly. The community around him, family and including myself (his only son) are devastated and looking to fulfill his wishes of being buried in the high desert where he can be visited by the community that loved him so much. After days of multiple calls and research I was able to find a funeral home that I felt had prices I was comfortable with asking money for.

Julio era un hombre muy querido por la comunidad en la que vivió y ayudó durante más de 30 años. Pasó gran parte de su vida viajando por California arreglando electrodomésticos y automóviles para ganarse la vida, a veces por poco o ningún dinero. Dondequiera que iba, era amado y bien recibido por su personalidad entrañable y su capacidad para entablar amistad con todos los que lo rodeaban. Julio era el tipo de hombre que se quita el abrigo y se lo pone a otra persona aunque no tenga nada. Me enseñó la humildad, la compasión y el altruismo y, además, a tocar la guitarra. Vivía pobremente pero más feliz que cualquier otra persona que yo conocía, luchando constantemente con el equipo y los gastos, pero siempre con una llamada de distancia si lo necesitabas. Nunca fue aburrido, siempre lleno de cosas de qué hablar y un alma hermosa, para él eso era la verdadera riqueza y vivía y se mantenía fiel a sus creencias.

Desafortunadamente, el 4 de enero, después de semanas de luchar en el hospital para recuperarse de quemaduras masivas de tercer grado en toda su mitad inferior del cuerpo, contrajo Covid 19 y falleció repentinamente. La comunidad que lo rodea, la familia y yo incluido (su único hijo) estamos devastados y buscando cumplir sus deseos de ser enterrado en el desierto alto donde pueda ser visitado por la comunidad que tanto lo amaba. Después de días de múltiples llamadas e investigación, pude encontrar una funeraria que sentía que tenía precios con los que me sentía cómodo pidiendo dinero.