Hola, hoy te escribo por una causa que trasciende colores, ideologías y circunstancias: apoyar a quienes, día tras día, están dispuestos a arriesgarlo todo por nuestra seguridad. Me refiero, por supuesto, a los héroes sin capa, los guardianes del fuego y de la vida: nuestros valientes Bomberos Metropolitanos de San Luis Potosí.
Ellos no piden nada a cambio. Cuando suena la alarma, no preguntan a quién ayudarán ni de dónde viene el peligro. Solo actúan. Con valor, disciplina y humanidad.
Sin embargo, ese mismo valor necesita respaldo. Porque un uniforme resistente, una manguera eficaz, un camión bien equipado o una capacitación constante no se obtienen con voluntad solamente. Se logran con recursos. Y ahí es donde entramos nosotros.
Hoy estamos aquí para extender nuestra mano. Porque sabemos que cuando el deber los llama, ellos responden. Ahora es nuestro turno de responder con gratitud y compromiso.
Este fondo no es solo una colecta. Es una inversión en nuestra comunidad. Es decirles a los bomberos: “No están solos”. Es asegurarnos de que, en cada incendio, en cada rescate, en cada momento de crisis, ellos cuenten con lo necesario para regresar sanos y salvos a casa.
Los invito, con el corazón en la mano, a que nos sumemos. Cada peso donado se traduce en esperanza, en protección y en un futuro más seguro para todos.
Muchas gracias de antemo, por creer, por donar. Por ser parte de esta cadena de valor humano que jamás se extingue.

