Ayúdame a Salvar a mi papá Clemente Ramon Hidalgo “Cocoliso”

Ayúdame a salvar a mi papá

Hoy me dirijo a ustedes con el corazón en la mano y las emociones a flor de piel. Mi papá, músico de estado Vargas Venezuela , está enfrentando una de las pruebas más duras que un ser humano puede atravesar: la pérdida de sus extremidades.

Debido a complicaciones graves de salud y a la crítica situación del sistema sanitario en Venezuela, mi padre necesita ser amputado. Lamentablemente, en nuestro país, el acceso a atención médica digna, medicamentos y condiciones adecuadas para este tipo de intervenciones es prácticamente inexistente para quienes no tienen recursos.

No solo estamos lidiando con el dolor emocional de esta difícil realidad, sino también con la angustia de no poder costear los tratamientos, insumos, rehabilitación y cuidados postoperatorios. Todo se paga en dólares, y cada minuto que pasa es vital.

Hoy te pido, desde lo más profundo de mi alma, que te unas a esta causa. No hay aporte pequeño cuando se da con amor. Cada granito de arena nos acerca a darle a mi papá una oportunidad de vida, dignidad y esperanza.

Si no puedes donar, por favor ayúdame compartiendo este mensaje. El amor se multiplica cuando lo hacemos circular.

Gracias por leerme, por tu solidaridad, y por ser parte de este milagro

Help Me Save My Dad

Today, I’m reaching out with my heart in my hands and emotions running high. My father, a hardworking, kind, and loving man, is facing one of the hardest challenges anyone can endure: the loss of his limbs.

Due to severe health complications and the heartbreaking collapse of Venezuela’s healthcare system, my dad now needs to undergo amputation. Sadly, in our country, access to decent medical care, medicine, and proper conditions for surgeries like this is nearly impossible for those without financial means.

We are not only dealing with the emotional pain of this harsh reality but also with the anguish of not being able to afford the treatment, supplies, rehabilitation, and post-surgery care. Everything is priced in dollars, and every minute counts.

I’m asking you, from the bottom of my heart, to help us. No donation is too small when it’s given with love. Every bit brings us closer to giving my dad a chance to live with dignity and hope.

If you can’t donate, please help by sharing this message. Love grows when we spread it.

Thank you for reading, for your kindness, and for being part of this miracle.