Cada peso tuyo cuenta para cada paso mio.

Mi cuerpo cambió por fuera, pero mi voluntad de luchar sigue intacta.

Soy Christian Mariscal, tengo 36 años y he disfrutado la vida al máximo, a pesar de haber enfrentado insuficiencia renal crónica desde los 15 años. Gracias al amor de mi familia, recibí dos trasplantes renales que me dieron nuevas oportunidades de vida.

Cuando pensé que lo había superado todo, la enfermedad me arrebató mi pierna derecha y la mayoría de los dedos de mis manos. Hoy lucho por salvar mi pierna izquierda, aferrándome a la esperanza de seguir adelante.

A pesar de las pérdidas, sigo siendo el mismo: con sueños, metas y el deseo de volver a viajar, trabajar y, sobre todo, caminar junto a mi esposa y sostener la mano de mi hija.

Para lograrlo, necesito un par de prótesis en manos y piernas, y por eso pido tu ayuda. Si puedes donar, compartir mi historia o enviarme tu bendición, cada gesto significa mucho para mí.

Esto no es solo una lucha contra una enfermedad, es una batalla impulsada por el amor y las ganas de vivir.

Gracias por creer en mí y ser parte de mi recuperación, que este camino también sirva de inspiración para quienes hoy enfrentan sus propios desafíos.

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My body changed on the outside, but my will to fight remains intact.

I am Christian Mariscal, I am 36 years old, and I have enjoyed life to the fullest, despite having faced chronic kidney failure since I was 15. Thanks to the love of my family, I received two kidney transplants that gave me new opportunities to live.

When I thought I had overcome everything, the disease took my right leg and most of the fingers on my hands. Today, I fight to save my left leg, holding on to the hope of moving forward.

Despite the losses, I am still the same: with dreams, goals, and the desire to travel again, work, and above all, walk alongside my wife and hold my daughter’s hand.

To make this possible, I need a pair of prosthetics for my hands and legs, and for that, I ask for your help. Whether you can donate, share my story, or send me your blessing, every gesture means a lot to me.

This is not just a fight against a disease; it is a battle driven by love and the will to live.

Thank you for believing in me and being part of my recovery. May this journey also serve as inspiration for those who are facing their own challenges today.