Juntos de nuevo

Amigos,

Como muchos de ustedes saben, el año pasado me separé de Daniel, mi compañero sentimental durante 10 años y con quién tuve dos hermosos hijos: Tanok e Inti. En el año 2022 tomamos la decisión de venir a radicarnos a México, ya que por la crisis derivada de la pandemia, Daniel se quedó sin trabajo en Colombia. En un intento por hacer que las cosas funcionarán, tome la decisión de migrar con mis hijos y acompañarlo, renunciando a la estabilidad laboral y mi hogar en Colombia, sin embargo, desde que llegamos a México fuí víctima de violencia económica. La convivencia se volvió muy difícil y pese a hablarlo muchas veces, las cosas no mejoraron. Por fortuna en julio del año pasado conseguí un buen empleo en México, lo que me permitió recuperar la independencia económica que había perdido al migrar. Ahora bien, tuve que cambiar de ciudad de residencia, por lo que cuando tome la decisión de separarme de Daniel, considere que lo mejor era que los niños mantuvieran su residencia en Guadalajara junto a su padre, en el entendido de que por la condición de TEA (Trastorno del Espectro Autista) de Tanok, su terapeuta nos recomendó evitar más cambios en el lugar de residencia y colegio.

También pensé que podríamos ejercer nuestro papel como padres separandolo de nuestra relación de pareja; pero no fue así. A partir de allí he sido víctima de violencia psicológica en muchos aspectos, siendo el peor a partir de la instrumentalización de los niños. Daniel se ha desbordado, mostrándome una faceta nunca antes vista, inflingiendo mucho daño. Sumado a esta situación, el 1 de enero tuve una accidente en el carro regresando a mi lugar de trabajo, y pese a que Daniel me brindo su ayuda en el hospital, todo resultó ser una forma de chantaje emocional buscando que volviera con él. Una vez instalada de nuevo en mi trabajo, me llamo su abogado a cobrarme el carro en el que me había accidentado y a partir de allí ha venido ocurriendo un viacrucis tremendamente doloroso.

No puedo ver a mis hijos más que dos veces cada mes porque no cuento con los recursos económicos para trasladarme seguido a Guadalajara, no he podido estar en ningún tiempo de vacaciones con ellos porque no me permite moverlos de Guadalajara.

Me tiene asfixiada económicamente con el cobro del carro y la mensualidad que me exige darle para los niños.

He iniciado con asesoría jurídica de un abogado que me recomendó mi psicólogo para iniciar el proceso de demanda por la custodia de los niños, pero esto es un proceso costoso que afortunadamente mi familia me ha ayudado a pagar desde Colombia.

Sin embargo, hoy me encuentro en un punto donde ya se me complica totalmente solventar todos mis gastos de mantenimiento en México, porque además de los gastos del abogado, debo pagar mi terapia psicológica (sin ella creo que ya habría colapsado), debo asumir los gastos mensuales para visitar a los niños cada 15 días (incluyendo tiquetes de autobús, pernoctar y comida), mis gastos de manutención propios y de los niños (pese a que mi abogado me ha dicho que el dinero que me pide Daniel es exagerado, debo seguir aportandolo hasta que un juez lo defina).

Muchos de ustedes están viviendo fuera del país y saben lo difícil que es mantenerse por fuera y aunque he hecho todo lo posible y lo imposible para sostenerme, creo que he llegado al punto de inflexión.

El dinero que pido es para cubrir unos tres meses de los gastos para visitar a mis niños en Guadalajara y seguir ejerciendo mi maternidad lo mejor que puedo mientras sigue el proceso jurídico, y aunque sé que en tres meses no estará el fallo, creo que me dará una gran bocanada de aire la ayuda que me puedan brindar para sortear lo que se viene. La luchar por recuperar a mis hijos es de largo aliento, ya que el proceso puede tardar de 12 a 24 meses (1 a 2 años), pero se que con el apoyo de mi familia y ustedes lo podemos lograr.

Muchas gracias por leerme y si no pueden aportar en dinero, piensenme bonito e imaginenme feliz juntos a los hijos para que pronto sea una realidad!

Los quiero mucho!