Linfoma No Hodgkin de alta agresividad

Hola, soy Daniel Eduardo, un hombre de 37 años que ha enfrentado numerosos desafíos médicos en mi hogar en Mérida, Venezuela. Desde la infancia, he lidiado con múltiples alergias, indigestiones y un sistema inmunológico debilitado. En 2018, mi salud comenzó a deteriorarse aún más debido a las intolerancias alimenticias y la diarrea esporádica que desarrollé.

En noviembre de 2021, contraje COVID-19, lo que desencadenó una diarrea incesante hasta julio de 2022. Durante este tiempo, perdí 54 kilos, pasando de 104 a 50 kilos. Consulté a seis gastroenterólogos y tres internistas, todos los cuales diagnosticaron colitis aguda. Sin embargo, ningún tratamiento fue efectivo y las ecografías mostraban una inflamación general del colon.

El 2 de julio, un gastroenterólogo colombiano me prescribió un tratamiento diferente que resultó ser efectivo. Recuperé peso hasta llegar a los 80 kilos. Sin embargo, en marzo de 2023, todas mis dolencias reaparecieron sin previo aviso, incluyendo la aparición de sangre en mis deposiciones, lo que redujo mi hemoglobina de 16 a 8.

Durante este tiempo, enfrenté complicaciones adicionales como herpes zóster y una infección pulmonar por Echerichia coli. Aún sin saber qué me aquejaba, una tomografía realizada el 31 de agosto reveló un tumor de aproximadamente 10cmx9cmx9cm en el ángulo hepático del intestino grueso.

El 26 de septiembre, tuve que someterme a una cirugía de emergencia debido a una hemorragia significativa. Los cirujanos descubrieron que el tumor medía más de 15 centímetros y pesaba aproximadamente 3 kilos, abarcando todo el lado derecho del colon. Afortunadamente, el tumor estaba encapsulado y no había invadido órganos vitales. Sin embargo, se encontraron 20 ganglios, de los cuales sólo pudieron remover 18. Los dos restantes estaban muy pegados a la arteria y era difícil de extraer ya que mi hemoglobina estaba extremadamente baja.

La biopsia reveló que los 18 ganglios y el tumor eran malignos. La inmunohistoquímica se realizó tres veces, pero los resultados fueron no concluyentes debido a que mis muestras estaban dañadas. Aún sin saber qué tipo de quimioterapia, inmunoterapia y posiblemente radioterapia necesitaba, también tuve que someterme a una tomografía computarizada de emisión de positrones, la cual costó $1640 dólares.

El 23 de enero de 2024, tuve que someterme a una nueva cirugía para extraer nuevamente muestras para la biopsia. Se descubrió que el tumor había vuelto a crecer. Gracias a Dios, todo fue efectivo y pudieron realizar nuevamente la inmunohistoquímica. Finalmente, tenemos una conclusión: es un linfoma no Hodgkin. Con seguridad, descartamos carcinoma y sarcoma. Descubrimos que el índice de agresividad es a partir del 10%, el mío está en 95%, es decir, es un cáncer muy agresivo.

Debido a que en la actualidad Venezuela no cuenta con dos de los seis tipos de medicamentos que necesito, tuve que emigrar a Colombia. Actualmente, estoy en Bucaramanga y necesito hacerme todo este procedimiento. Además, tengo que hacerme varios exámenes y algunos constantemente. Tengo que repetir la inmunohistoquímica por razones de seguridad, ya que en Venezuela ha habido fallas y los médicos aquí necesitan corroborar que sea todo exactamente como realmente lo dijo en la inmunohistoquímica anterior. Debo hacerme una biopsia de médula ósea. Debo ponerme un catéter central a través de un procedimiento quirúrgico. Mi linfoma está atacando mi sistema linfático y es crucial comenzar el tratamiento lo antes posible.

A través de esta campaña busco apoyo para enfrentar los gastos médicos que se avecinan y continuar con mi lucha por la vida. Cualquier ayuda será apreciada, gracias por leer esto y apoyarme de alguna forma, sea donando o compartiendo. Agradecido.