Hola, mi nombre es Dixon Santeliz, soy un padre venezolano de 51 años que ha dedicado su vida al trabajo y al bienestar de su familia. Desde hace más de 8 años vivimos en Tenerife, pero el 18 de diciembre, todo cambió: me diagnosticaron un Glioblastoma, un tumor cerebral agresivo que nos puso a prueba como nunca antes.
Desde Tenerife, fui trasladado a Gran Canaria, donde pasé 15 días ingresado mientras los médicos me informaban del riesgo extremo que suponía operarme. La posibilidad de perder por completo el lado derecho de mi cuerpo era devastadora. Pero la peor parte vino después: debido a una mala gestión del seguro médico y de una clínica en Pamplona a la que recurrí por mis propios medios, enfrenté uno de los momentos más difíciles de esta lucha.
En esa clínica, me dieron una esperanza de recuperación del 100%, algo que me devolvió la fe. Sin embargo, la negligencia y la desorganización del hospital terminaron cerrándome las puertas en la cara cuando más los necesitaba, dejándome moribundo y sin opciones. Fue un golpe tanto físico como emocional, pero no nos rendimos.
Decidimos seguir buscando, hospital tras hospital, clínica tras clínica, hasta que por fin encontramos la indicada en Madrid. Pero en ese proceso, lo perdimos todo: nuestro hogar en Tenerife, nuestros trabajos y toda la estabilidad que habíamos construido en años.
El 6 de febrero, después de casi dos meses recorriendo hospitales, me operaron. Los médicos lograron extraer el 90% del tumor, y aunque perdí la movilidad del hombro y pie derecho, fue un resultado mucho mejor de lo esperado.
Nuestra realidad hoy...
Aquí en Madrid, no tenemos un piso donde establecernos. Los médicos nos han dicho que la mejor opción es quedarnos aquí, pero eso significa empezar desde cero, sin estabilidad alguna. Como si fuera poco, en medio de este proceso, los doctores descubrieron un problema en mi corazón que requiere una microcirugía. Es un procedimiento inofensivo si se trata a tiempo, pero es otro desafío que debo enfrentar en esta nueva batalla.
En España, somos solo tres: mi esposa, mi hijo y yo. Solo mi hijo está trabajando para sacarnos adelante, para darnos lo mínimo mientras pasamos por esta tormenta. Pero el peso es demasiado grande para él solo.
Por eso, con humildad, pido tu ayuda. Cualquier aporte, por pequeño que sea, nos permitirá cubrir los costos médicos, terapias, gastos básicos y encontrar un lugar donde establecernos en Madrid.
Sé que la vida nos golpea cuando menos lo esperamos, pero también sé que hay personas dispuestas a tender una mano cuando más se necesita. Si no puedes donar, compartir esta historia ya es de gran ayuda.
Mi vida ha comenzado de nuevo, y con la ayuda de Dios, de mi familia y de personas de buen corazón, sé que vamos a superar esto. Gracias por leer mi historia y por cualquier apoyo que puedas brindarnos.
Organizer
KEVIN PAOLO SANTELIZ MEJIAS
Organizer
Madrid, M

