
Ayudemos a Santi con su tratamiento
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Soy Joharis González, tengo 35 años, soy madre de dos hermosos niños: Andreina de 11 años y Santiago de 8, son unos niños felices y maravillosos. A principios de octubre Santiago –un comelón empedernido– empezó raramente a vomitar todo lo que comía, e incluso a veces vomitaba sin haber comido nada, razón por la cual lo llevamos a una pediatra, la cual nos dijo que los síntomas del niño eran debidos a un caso de parásitos estomacales, y para el cual de inmediato se le suministró el tratamiento requerido, sin embargo al pasar los días Santiago no mejoraba, persistían los vómitos y se sumaban nuevos síntomas, como la fatiga y dolores intermitentes de cabeza. Su padre y yo, decidimos acudir a consulta con una nueva pediatra muy recomendada por amigos, quien le hizo un examen físico muy completo y posteriormente nos dijo que el niño estaba muy sano en su sistema digestivo, y que ella notaba síntomas de una lesión neurológica, por lo cual nos recomendó con carácter de urgencia que se le hiciera una resonancia magnética de cráneo y cerebro para descartar la misma. En un primer momento me asusté un poco, pero a la vez sentía que todo iba a estar bien.
El 16 de octubre, al realizarle la resonancia magnética, nos dijeron que Santiago tenía un gran tumor en el cerebro, específicamente en el cerebelo, y que debía ser operado de emergencia, porque la anomalía estaba ejerciendo una gran presión sobre toda el área, lo que provocaba la intensificación de los síntomas y que posiblemente se desencadenaría una situación aún más crítica.

Todos en la familia nos asustamos mucho, y aunque tratamos de ser fuertes delante de Santi la preocupación por su salud se notaba y él, desde su inocencia, me preguntó qué si íbamos a tantos médicos porque él “tenía algo roto”, como pude le expliqué que había algo extra en su cuerpo y que con una operación los médicos iban a quitarla.
Con la ayuda de un gran amigo neurocirujano logramos que el niño fuera operado al día siguiente, en una cirugía de más de cuatro horas. Después de esta primera cirugía vivimos momentos más tensos aún, el niño despertó con un fuerte dolor de cabeza, razón por la cual se le hizo una tomografía donde se observó que los ventrículos de su cerebro no habían recuperado todavía su función debido al edema que se había formado, y era necesario hacer una nueva cirugía para una derivación ventrículo peritoneal con una válvula que ayudara a drenar el líquido que se estaba acumulando dentro de su cabeza. A las pocas horas de esa segunda cirugía se notó un gran cambio en su estado neurológico, su cerebro comenzó a trabajar normalmente y el estado del niño se estabilizó, sin embargo, debido a la entubación de las doscirugías Santi tenía un principio de neumonía y permaneció en terapia intensiva durante cuatro largos días.
Al bajar la inflamación del cerebro y hacer una nueva tomografía los médicos notaron que aún quedaba parte del tumor junto al cerebelo, por lo cual después de diez días, durante los cuales su cuerpo se fortaleció, ingresó nuevamente a quirófano para una tercera cirugía en la cual fue removido el resto de la lesión. Nuestro optimismo y nuestra fe siguieron inquebrantables, y gracias a Dios, después de todo lo que ha pasado tenemos un excelente pronóstico.
Después de veintiún días estamos de regreso en nuestro hogar, Santiago ha ido recuperando poco a poco su afectada coordinación motriz –secuela de las tres intervenciones– gracias a los ejercicios de fisioterapia que realizamos a diario. Volver a casa le cambió totalmente el ánimo a Santi –que tuvo ataques de pánico después de la tercera cirugía, que ha superado gracias a estar cerca de su familia y de sus mascotas (ama mucho a sus animales, tiene dos morrocoyes llamados Donatello y Leonardo y una perrita llamada Diana, a veces se emociona tanto cuando los puede tocar que se conmueve y llora, es un niño muy dulce). Aún le cuesta tener control total de su cuerpo y se siente un poco frustrado por no poder salir corriendo de un lado a otro de casa y hacer las cosas por su cuenta como quisiera, sin embargo eso no lo desanima y sigue luchando valientemente con sus ejercicios.

A pesar de todo lo que ha pasado mantenemos nuestro optimismo, estamos más unidos como familia y nos sentimos bendecidos por tener a nuestro niño. Sin embargo el proceso debe continuar con una nueva fase ya que los exámenes de anatomía patológica dieron como resultado que el tumor que tenía era maligno (meduloblastoma) y ahora debe someterse a un tratamiento de radioterapia y quimioterapia con urgencia, sabemos que son procedimientos duros pero necesarios para eliminar las células cancerígenas que pudieron haber quedado en el área afectada, y que de esta manera Santi pueda continuar con su recuperación hasta llegar a estar totalmente sano.

Nuestra familia ha sostenido todo lo que hemos podido con los gastos que se han generado desde el primer día e incluso adquirimos una deuda importante con la clínica en la cual se realizaron las cirugías al niño. Ha sido un bello acto de desprendimiento de todos los que amamos a Santi, somos una familia que nos unimos y fortalecemos ante las dificultades.

Ahora, para comenzar los urgentes y costosos tratamientos de radioterapia y quimioterapia, es necesario un monto importante de dinero que en las actuales circunstancias no tenemos.
Todos seguimos optimistas y sabemos que vamos a encontrar la forma de lograrlo. Estamos seguros que Santi se va a poder hacer los tratamientos lo antes posible, y podrá estar y disfrutar con su familia estas navidades. Nuestro mayor deseo es verlo crecer sano y fuerte.
Gracias.

Organizer and beneficiary
Joharis Gonzalez
Organizer
Earl, NC
Maritza De Oliveira-Almeida
Beneficiary