Ayudemos a la Madre de Mateo Delgado Negron

Queridos amigos de ayer, de hoy y a todos los seres queridos de Maria Luis Negron,

Con el corazón abrumado por el dolor y la tristeza, compartimos la noticia desgarradora del fallecimiento inesperado de Mateo Delgado Negrón. El cielo ha ganado un ángel demasiado pronto, y una Madre pasa por un dolor que ninguna Madre debería experimentar en esta vida. Mateo amaba con una pasión inigualable a su madre y hermanos. Su partida ha dejado un vacío insondable en sus vidas y en sus corazones. La tragedia de perder a alguien tan joven hace que el dolor sea aún más difícil de entender y aceptar.

En este momento de profundo dolor le solicitamos su apoyo para Maria Luisa Negron Quintanilla en este difícil camino lleno de tristeza.

Además del abrumador peso emocional, la familia se enfrenta al desafío de asimilar la tragedia de perder a un hijo, y hacerlo a una edad tan temprana, cuando la vida debería estar llena de sueños y posibilidades. Afrontan también la carga financiera de cubrir los costos del funeral y encontrar la fuerza para seguir adelante sin la presencia vibrante de Mateo, quien no solo era un faro de luz, sino también un apoyo crucial para su Maria Luisa, Tutti y sus Hermanos.

En este momento, les pedimos con todo nuestro corazón que mantengan esta noticia en la más estricta confidencialidad. La abuelita de Mateo aún no está al tanto de esta dolorosa pérdida, y deseamos preservar su corazón de la cruel realidad hasta que la familia esté lista para compartir la noticia con ella.

Les solicitamos que eviten compartir esta información en redes sociales y que, en cambio, lo hagan solo con aquellos que conocen personalmente y que puedan ofrecer comprensión y apoyo en estos momentos tan difíciles.

Para aquellos que deseen ayudar económicamente, cualquier contribución será recibida con profunda gratitud.

Agradecemos sinceramente su comprensión y apoyo en estos momentos tan dolorosos. Que la luz de la empatía y la compasión acompañe a Maria Luisa, Tutti y los hermanos de Mateo en su travesía por este oscuro túnel de dolor.

Con gratitud,

Eduardo Quiros,