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In English y Castellano abajo: On January 18, 2021, the world lost one of the most wonderful people many of us have ever known: Luis Raul Saavedra Odar. He was just 47 years old and passed away following a tremendously courageous battle with Covid-19. The grief and emptiness of his loss is profound. We are all still in a state of deep shock and total disbelief that our Raul is gone. This GoFundMe memorial fundraising effort is to help with his funeral costs, medical bills, and support for his wife and children who have lost the center of their universe. Raul was always there for us, and now that he is gone, we must be here for him.
Raul was a “transformational person.” For most anyone, that could sound like a cliché, but Raul never once failed to impact the lives of the people he met. At his core, there was a human being who exuded positivity, warmth, kindness, compassion, selflessness, and loyalty. Everyone who met him, even just for a few minutes, loved him. For those who knew Raul longer, he quickly became one of the most important people in our lives. He possessed a singular grace and intelligent mind.
I met his first son, Juan, when he was four days old, cradled in the arms of his loving wife, Norma. Later, his daughter, Belen, joined us, and his youngest child, Haagen Manuel, became my godson. Raul was an amazing father, who worked tirelessly to provide for his family, and they ways in which he raised these three incredible kids takes my breath away. I see Raul in each of them, not just in their faces, but in the hearts. I am so proud of the people these children have become, and so proud of who they will be. Juan is eagerly hoping to attend university. Belen has gifts in mathematics, singing, and languages. Haagen is a force of nature on the soccer field. These children are blessed by sharing in same spirit and they carry on with their father’s intellect and gifts. His passing means that their futures may now unfold very differently.
My wife Jenny and I are managing this memorial fundraiser for Raul in close coordination with his brother, Juan. We hope you can assist Norma, Juan, Belen, and Haagen Manuel in the days ahead. They need help, from covering medical and funeral costs to bills, groceries, educational costs, and so forth. They have lost a husband and father, their breadwinner, and their hero. Our hope especially is that this memorial fundraiser will help provide for the gifts of his children to bloom in Raul’s absence, and in a place where there are not a lot of economic opportunities. We are deeply grateful for any assistance you can provide, no matter what you can afford. We know that your generosity for Raul’s family comes from your heart.
My own personal thoughts about Raul: I knew him for 16 wonderful years. In 2004, I was a doctoral bioarchaeology student beginning my dissertation fieldwork in a rural part of northern Peru. Raul was a local who had been hired to provide the overnight security of the site I had arrived to work at, and the other party who hired him was not paying his wages. At that point, my work was a small pilot project, and I had no budget. But Raul was bored out of his mind, and we started working together – small things at first, and we kept each other company during long workdays. I also first saw his unnatural talents involving woodworking, carpentry, mathematics, and engineering.
The following year, I came back with a full-scale project, and he became my field crew chief, a role that he held until his last breath. I was in awe of Raul as he was my problem-solver-in chief, figuring out creative solutions to the most daunting logistical or physical problems that sometimes overwhelmed me. Raul was also an intuitively gifted excavator, better than just about any professional archaeologist I know (including me). Together, we explored thousands of years history. We shared literal adventures from the deserts of his beloved northern Peru, to southern Ecuador, some of the highest peaks and glaciers of the Andes, and a deeply memorable excursion to Machu Picchu. Over the years, I brought many students and colleagues to Peru, and he took care of everyone with equally deep kindness and care. He drew so many people to him…by just being him.
Over the time of our professional collaboration, the deepest friendship of my life came into being. We became part of each other’s families. I have always had a hard time characterizing this relationship because he was many things. We were “compadres.” Raul also was the brother that I never had. We shared many hopes and dreams. Raul watched out for me and protected me. He was/is a role model to me about how to be a good, moral, and generous person. I never have truly measured up, but I will always keep trying. His loss feels like it has taken the best the parts of our souls, but we are also reminded that he leaves with us the best parts of him.
From the deepest part of all our hearts, we thank you. Rest in peace, dear, dear compadre.
El 18 de enero de 2021, el mundo perdió a una de las personas más maravillosas que muchos de nosotros hemos conocido: Luis Raúl Saavedra Odar. Tenía solo 47 años y falleció luego de una batalla tremendamente valiente con Covid-19. El dolor y el vacío de su pérdida es profundo. Todos estamos todavía en un estado de profunda conmoción y total incredulidad de que nuestro Raúl se haya ido. Este esfuerzo de recaudación de fondos conmemorativo de GoFundMe es para ayudarlo con los costos de su funeral, facturas médicas y apoyo para su esposa e hijos que han perdido el centro de su universo. Raúl siempre estuvo ahí para nosotros, y ahora que se ha ido, debemos estar aquí para él.
Raúl era una "persona transformadora." Para la mayoría de las personas, eso podría sonar como un cliché, pero Raúl nunca dejó de impactar la vida de las personas que conoció. En su esencia, había un ser humano que irradiaba positividad, calidez, amabilidad, compasión, desinterés y lealtad. Todos los que lo conocieron, aunque solo fuera por unos minutos, lo amaban. Para aquellos que conocían a Raúl por más tiempo, rápidamente se convirtió en una de las personas más importantes de nuestras vidas. Poseía una gracia singular y una mente inteligente.
Conocí a su primer hijo, Juan, cuando tenía cuatro días, acunado en los brazos de su amada esposa, Norma. Más tarde, su hija Belén se unió a nosotros y su hijo menor, Haagen Manuel, se convirtió en mi ahijado. Raúl fue un padre increíble, que trabajó incansablemente para mantener a su familia, y la forma en que crió a estos tres hijos increíbles me deja sin aliento. Veo a Raúl en cada uno de ellos, no solo en la cara, sino en el corazón. Estoy muy orgulloso de las personas en las que estos niños se han convertido, y muy orgulloso de quiénes serán. Juan espera ir a la universidad. Belén tiene dones para las matemáticas, el canto y los idiomas. Haagen es una fuerza de la naturaleza en el campo de fútbol. Estos niños son bendecidos al compartir el mismo espíritu y continúan con el intelecto y los dones de su padre. Su fallecimiento significa que su futuro ahora puede desarrollarse de manera muy diferente.
Mi esposa Jenny y yo estamos administrando este pedido de fondos conmemorativa para Raúl en estrecha coordinación con su hermano, Juan. Esperamos que pueda ayudar a Norma, Juan, Belen y Haagen Manuel en los próximos días. Necesitan ayuda, desde cubrir los costos médicos y funerarios hasta facturas, comestibles, costos educativos, etc. Han perdido a un marido y un padre, a su sostén de familia y a su héroe. Esperamos especialmente que esta recaudación de fondos conmemorativa ayude a que los regalos de sus hijos florezcan en ausencia de Raúl, y en un lugar donde no hay muchas oportunidades económicas. Estamos profundamente agradecidos por cualquier ayuda que pueda brindar, sin importar lo que pueda contribuir. Sabemos que su generosidad por la familia de Raúl proviene de su corazón.
Mis pensamientos personales sobre Raúl: lo conocí por 16 maravillosos años. En 2004, era estudiante de doctorado en bioarqueología y comencé el trabajo de campo de mi tesis en una zona rural del norte de Perú. Raúl era un lugareño que había sido contratado para proporcionar la seguridad durante la noche del sitio al que había llegado para trabajar, y la otra parte que lo contrató no estaba pagando su salario. En ese momento, mi trabajo era un pequeño proyecto piloto y no tenía presupuesto. Pero Raúl estaba loco de aburrimiento y empezamos a trabajar juntos, cosas pequeñas al principio, y nos hacíamos compañía durante largas días de trabajo. También vi por primera vez sus talentos antinaturales relacionados con la carpintería, las matemáticas y la ingeniería.
Al año siguiente, volví con un proyecto a gran escala y él se convirtió en mi jefe de equipo de campo, un papel que mantuvo hasta su último aliento. Estaba asombrado de Raúl, ya que era mi solucionador de problemas en jefe, descubriendo soluciones creativas para los problemas logísticos o físicos más difíciles que a veces me abrumaban. Raúl también era un excavador intuitivamente dotado, mejor que cualquier arqueólogo profesional que conozco (incluyéndome a mí). Juntos, exploramos miles de años de historia. Compartimos aventuras literales desde los desiertos de su amado Perú norteño, hasta el sur de Ecuador, algunos de los picos y glaciares más altos de los Andes, y una excursión profundamente memorable a Machu Picchu. A lo largo de los años, traje a muchos estudiantes y colegas a Perú, y él se ocupó de todos con igual amabilidad y cuidado. Atrajo a tanta gente hacia él ... simplemente siendo él.
Durante el tiempo de nuestra colaboración profesional, nació la amistad más profunda de mi vida. Nos convertimos en parte de la familia del otro. Siempre me ha costado mucho caracterizar esta relación porque él era muchas cosas. Éramos "compadres." Raúl también fue el hermano que nunca tuve. Compartimos muchas esperanzas y sueños. Raúl me cuidó y me protegió. Él fue / es un modelo a seguir para mí sobre cómo ser una persona buena, moral y generosa. Nunca he medido realmente, pero siempre seguiré intentándolo. Su pérdida se siente como si se hubiera llevado lo mejor de las partes de nuestras almas, pero también se nos recuerda que nos deja las mejores partes de él.
Desde lo más profundo de nuestro corazón, te damos las gracias. Descansa en paz, querido, querido compadre.
Raul was a “transformational person.” For most anyone, that could sound like a cliché, but Raul never once failed to impact the lives of the people he met. At his core, there was a human being who exuded positivity, warmth, kindness, compassion, selflessness, and loyalty. Everyone who met him, even just for a few minutes, loved him. For those who knew Raul longer, he quickly became one of the most important people in our lives. He possessed a singular grace and intelligent mind.
I met his first son, Juan, when he was four days old, cradled in the arms of his loving wife, Norma. Later, his daughter, Belen, joined us, and his youngest child, Haagen Manuel, became my godson. Raul was an amazing father, who worked tirelessly to provide for his family, and they ways in which he raised these three incredible kids takes my breath away. I see Raul in each of them, not just in their faces, but in the hearts. I am so proud of the people these children have become, and so proud of who they will be. Juan is eagerly hoping to attend university. Belen has gifts in mathematics, singing, and languages. Haagen is a force of nature on the soccer field. These children are blessed by sharing in same spirit and they carry on with their father’s intellect and gifts. His passing means that their futures may now unfold very differently.
My wife Jenny and I are managing this memorial fundraiser for Raul in close coordination with his brother, Juan. We hope you can assist Norma, Juan, Belen, and Haagen Manuel in the days ahead. They need help, from covering medical and funeral costs to bills, groceries, educational costs, and so forth. They have lost a husband and father, their breadwinner, and their hero. Our hope especially is that this memorial fundraiser will help provide for the gifts of his children to bloom in Raul’s absence, and in a place where there are not a lot of economic opportunities. We are deeply grateful for any assistance you can provide, no matter what you can afford. We know that your generosity for Raul’s family comes from your heart.
My own personal thoughts about Raul: I knew him for 16 wonderful years. In 2004, I was a doctoral bioarchaeology student beginning my dissertation fieldwork in a rural part of northern Peru. Raul was a local who had been hired to provide the overnight security of the site I had arrived to work at, and the other party who hired him was not paying his wages. At that point, my work was a small pilot project, and I had no budget. But Raul was bored out of his mind, and we started working together – small things at first, and we kept each other company during long workdays. I also first saw his unnatural talents involving woodworking, carpentry, mathematics, and engineering.
The following year, I came back with a full-scale project, and he became my field crew chief, a role that he held until his last breath. I was in awe of Raul as he was my problem-solver-in chief, figuring out creative solutions to the most daunting logistical or physical problems that sometimes overwhelmed me. Raul was also an intuitively gifted excavator, better than just about any professional archaeologist I know (including me). Together, we explored thousands of years history. We shared literal adventures from the deserts of his beloved northern Peru, to southern Ecuador, some of the highest peaks and glaciers of the Andes, and a deeply memorable excursion to Machu Picchu. Over the years, I brought many students and colleagues to Peru, and he took care of everyone with equally deep kindness and care. He drew so many people to him…by just being him.
Over the time of our professional collaboration, the deepest friendship of my life came into being. We became part of each other’s families. I have always had a hard time characterizing this relationship because he was many things. We were “compadres.” Raul also was the brother that I never had. We shared many hopes and dreams. Raul watched out for me and protected me. He was/is a role model to me about how to be a good, moral, and generous person. I never have truly measured up, but I will always keep trying. His loss feels like it has taken the best the parts of our souls, but we are also reminded that he leaves with us the best parts of him.
From the deepest part of all our hearts, we thank you. Rest in peace, dear, dear compadre.
El 18 de enero de 2021, el mundo perdió a una de las personas más maravillosas que muchos de nosotros hemos conocido: Luis Raúl Saavedra Odar. Tenía solo 47 años y falleció luego de una batalla tremendamente valiente con Covid-19. El dolor y el vacío de su pérdida es profundo. Todos estamos todavía en un estado de profunda conmoción y total incredulidad de que nuestro Raúl se haya ido. Este esfuerzo de recaudación de fondos conmemorativo de GoFundMe es para ayudarlo con los costos de su funeral, facturas médicas y apoyo para su esposa e hijos que han perdido el centro de su universo. Raúl siempre estuvo ahí para nosotros, y ahora que se ha ido, debemos estar aquí para él.
Raúl era una "persona transformadora." Para la mayoría de las personas, eso podría sonar como un cliché, pero Raúl nunca dejó de impactar la vida de las personas que conoció. En su esencia, había un ser humano que irradiaba positividad, calidez, amabilidad, compasión, desinterés y lealtad. Todos los que lo conocieron, aunque solo fuera por unos minutos, lo amaban. Para aquellos que conocían a Raúl por más tiempo, rápidamente se convirtió en una de las personas más importantes de nuestras vidas. Poseía una gracia singular y una mente inteligente.
Conocí a su primer hijo, Juan, cuando tenía cuatro días, acunado en los brazos de su amada esposa, Norma. Más tarde, su hija Belén se unió a nosotros y su hijo menor, Haagen Manuel, se convirtió en mi ahijado. Raúl fue un padre increíble, que trabajó incansablemente para mantener a su familia, y la forma en que crió a estos tres hijos increíbles me deja sin aliento. Veo a Raúl en cada uno de ellos, no solo en la cara, sino en el corazón. Estoy muy orgulloso de las personas en las que estos niños se han convertido, y muy orgulloso de quiénes serán. Juan espera ir a la universidad. Belén tiene dones para las matemáticas, el canto y los idiomas. Haagen es una fuerza de la naturaleza en el campo de fútbol. Estos niños son bendecidos al compartir el mismo espíritu y continúan con el intelecto y los dones de su padre. Su fallecimiento significa que su futuro ahora puede desarrollarse de manera muy diferente.
Mi esposa Jenny y yo estamos administrando este pedido de fondos conmemorativa para Raúl en estrecha coordinación con su hermano, Juan. Esperamos que pueda ayudar a Norma, Juan, Belen y Haagen Manuel en los próximos días. Necesitan ayuda, desde cubrir los costos médicos y funerarios hasta facturas, comestibles, costos educativos, etc. Han perdido a un marido y un padre, a su sostén de familia y a su héroe. Esperamos especialmente que esta recaudación de fondos conmemorativa ayude a que los regalos de sus hijos florezcan en ausencia de Raúl, y en un lugar donde no hay muchas oportunidades económicas. Estamos profundamente agradecidos por cualquier ayuda que pueda brindar, sin importar lo que pueda contribuir. Sabemos que su generosidad por la familia de Raúl proviene de su corazón.
Mis pensamientos personales sobre Raúl: lo conocí por 16 maravillosos años. En 2004, era estudiante de doctorado en bioarqueología y comencé el trabajo de campo de mi tesis en una zona rural del norte de Perú. Raúl era un lugareño que había sido contratado para proporcionar la seguridad durante la noche del sitio al que había llegado para trabajar, y la otra parte que lo contrató no estaba pagando su salario. En ese momento, mi trabajo era un pequeño proyecto piloto y no tenía presupuesto. Pero Raúl estaba loco de aburrimiento y empezamos a trabajar juntos, cosas pequeñas al principio, y nos hacíamos compañía durante largas días de trabajo. También vi por primera vez sus talentos antinaturales relacionados con la carpintería, las matemáticas y la ingeniería.
Al año siguiente, volví con un proyecto a gran escala y él se convirtió en mi jefe de equipo de campo, un papel que mantuvo hasta su último aliento. Estaba asombrado de Raúl, ya que era mi solucionador de problemas en jefe, descubriendo soluciones creativas para los problemas logísticos o físicos más difíciles que a veces me abrumaban. Raúl también era un excavador intuitivamente dotado, mejor que cualquier arqueólogo profesional que conozco (incluyéndome a mí). Juntos, exploramos miles de años de historia. Compartimos aventuras literales desde los desiertos de su amado Perú norteño, hasta el sur de Ecuador, algunos de los picos y glaciares más altos de los Andes, y una excursión profundamente memorable a Machu Picchu. A lo largo de los años, traje a muchos estudiantes y colegas a Perú, y él se ocupó de todos con igual amabilidad y cuidado. Atrajo a tanta gente hacia él ... simplemente siendo él.
Durante el tiempo de nuestra colaboración profesional, nació la amistad más profunda de mi vida. Nos convertimos en parte de la familia del otro. Siempre me ha costado mucho caracterizar esta relación porque él era muchas cosas. Éramos "compadres." Raúl también fue el hermano que nunca tuve. Compartimos muchas esperanzas y sueños. Raúl me cuidó y me protegió. Él fue / es un modelo a seguir para mí sobre cómo ser una persona buena, moral y generosa. Nunca he medido realmente, pero siempre seguiré intentándolo. Su pérdida se siente como si se hubiera llevado lo mejor de las partes de nuestras almas, pero también se nos recuerda que nos deja las mejores partes de él.
Desde lo más profundo de nuestro corazón, te damos las gracias. Descansa en paz, querido, querido compadre.
Organisator
Haagen Klaus
Organisator
Fairfax, VA