En memoria de Rosa Milagro Reyes de Benitez

Rosa Milagro Reyes de Benítez, fue una mujer increíble, llena de amor y fuerza. Durante un año, luchó contra el cáncer de linfoma con una valentía que nunca dejaré de admirar. Cada día, ella peleó con todas sus fuerzas, sin rendirse, y siempre lo hizo con una sonrisa, aunque el dolor fuera inmenso. Nunca dejó de ser mi madre, nunca dejó de ser mi guía, mi amiga, mi todo.

Lo que más me impresionaba de ella era su fe. A pesar de todo lo que pasaba, ella confiaba en Dios con todo su corazón. Me enseñó a no perder la esperanza, a ser fuerte, y a seguir adelante, incluso cuando la vida parece oscura y difícil. Mi mamá fue una guerrera, y eso nunca lo olvidaré.

Pero después de un largo año de batallar, Dios decidió llevarla con Él. Su partida nos dejó un vacío inmenso, un dolor profundo que aún no sabemos cómo manejar. Aun así, sé que mi mamá ya está en un lugar de paz, descansando en los brazos de Dios, rodeada de su amor eterno.

Hoy, con el corazón destrozado, escribo estas palabras en su memoria. Mi mamá fue una mujer maravillosa, que dio todo por su familia, por nosotros. Ahora, nos toca a nosotros seguir adelante, recordándola con amor y gratitud.

En este momento tan difícil, pedimos su ayuda para poder cubrir los gastos del funeral, ya que no podemos hacerlo solos. Mi mamá merece un adiós digno, rodeada del amor que siempre nos dio. Cualquier apoyo será un consuelo para nosotros, y en su memoria, agradecemos de todo corazón.

Te amo, mamá. Siempre serás mi heroína, mi guía, mi fuerza.