Una cura para el VIH
Donation protected
A pesar de los enormes avances en el tratamiento y la prevención del VIH/SIDA en las últimas décadas, sigue siendo difícil conseguir una vacuna eficaz, y se necesita urgentemente para acabar con esta pandemia mundial que mata a más de 700.000 personas cada año.
El sida está causado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), y es una de las tres grandes enfermedades que afectan a la gente en países en desarrollo, junto con la tuberculosis y la malaria. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 37,9 millones de personas en todo el mundo viven con la enfermedad, y de ellas, 23,3 millones tienen acceso a terapias antirretrovirales (TAR), el mejor tratamiento actualmente disponible. Esto representa un incremento de 2,3 millones de personas que reciben TAR desde 2016, según la actualización mundial de 2018 de ONUSIDA. Pero avisa de que “el aumento del acceso al tratamiento no debería darse por sentado”.
Aunque se han utilizado modelos animales de manera generalizada para investigar la eficacia de las vacunas, estos modelos normalmente son caros y no garantizan que los fármacos funcionen con los seres humanos. El virus del VIH, debido a su diversidad genética, puede provocar infecciones persistentes contra las que nuestro sistema inmunológico no es capaz de luchar, por lo que una vacuna tiene que hacerlo mucho mejor que nuestros cuerpos.
Desde esta plataforma lo único que pretendemos es recaudar un capital que permita la compra de estas máquinas y productos, con el fin de realizar pruebas, tales como la prueba RV144, también conocida como el “estudio tailandés”. La investigación mostró los primeros resultados prometedores de una vacuna experimental, pero su éxito fue parcial: los participantes tenían un 60% menos de posibilidades de contagiarse en los primeros meses después de ser vacunados, pero este porcentaje descendía al 50% después de tres años y medio. Linda-Gail Bekker, la expresidenta de la Sociedad Internacional del Sida, declaraba a SciDev.Net: “Lo importante es que sabemos que se puede lograr [una vacuna]... La vacuna tailandesa nos ha enseñado eso. Ahora también hemos descubierto maneras de conseguir y crear anticuerpos que pueden unirse al virus y neutralizarlo de una manera muy eficaz”.
En sus manos está el futuro de nuestra comunidad.
El sida está causado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), y es una de las tres grandes enfermedades que afectan a la gente en países en desarrollo, junto con la tuberculosis y la malaria. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 37,9 millones de personas en todo el mundo viven con la enfermedad, y de ellas, 23,3 millones tienen acceso a terapias antirretrovirales (TAR), el mejor tratamiento actualmente disponible. Esto representa un incremento de 2,3 millones de personas que reciben TAR desde 2016, según la actualización mundial de 2018 de ONUSIDA. Pero avisa de que “el aumento del acceso al tratamiento no debería darse por sentado”.
Aunque se han utilizado modelos animales de manera generalizada para investigar la eficacia de las vacunas, estos modelos normalmente son caros y no garantizan que los fármacos funcionen con los seres humanos. El virus del VIH, debido a su diversidad genética, puede provocar infecciones persistentes contra las que nuestro sistema inmunológico no es capaz de luchar, por lo que una vacuna tiene que hacerlo mucho mejor que nuestros cuerpos.
Desde esta plataforma lo único que pretendemos es recaudar un capital que permita la compra de estas máquinas y productos, con el fin de realizar pruebas, tales como la prueba RV144, también conocida como el “estudio tailandés”. La investigación mostró los primeros resultados prometedores de una vacuna experimental, pero su éxito fue parcial: los participantes tenían un 60% menos de posibilidades de contagiarse en los primeros meses después de ser vacunados, pero este porcentaje descendía al 50% después de tres años y medio. Linda-Gail Bekker, la expresidenta de la Sociedad Internacional del Sida, declaraba a SciDev.Net: “Lo importante es que sabemos que se puede lograr [una vacuna]... La vacuna tailandesa nos ha enseñado eso. Ahora también hemos descubierto maneras de conseguir y crear anticuerpos que pueden unirse al virus y neutralizarlo de una manera muy eficaz”.
En sus manos está el futuro de nuestra comunidad.
Organizer and beneficiary
Jose Diaz
Organizer
Girona
Javier Castillo benedit
Beneficiary
Begin your fundraising journey