Soy Gaby una madre que no se rinde contra el cáncer .

Hola, mi nombre es Gabriela y hoy quiero compartirles un pedacito de mi vida, una historia de lucha, amor y esperanza.

En el 2020 mi mundo cambió, para siempre, cuando me diagnosticaron Cáncer de Mama. Desde ese día, emprendí una batalla , a mis 23 años de edad , una realidad dura, que nunca imaginé tener que enfrentar, entre cirugías , exámenes y pasillos de hospital . Sin embargo, mi fuerza de lucha provenía desde mí vientre , estaba con un embarazo de tres meses y pese a todo pronóstico, luego de 9 meses , mi hija nació perfecta y es mi razón de seguir .

Creí que lo había superado, pero en el 2022 el cáncer volvió más agresivo, comprometiendo otros órganos como mis pulmones y cerebro. Desde entonces, no he parado de luchar.

Soy madre, esposa, hija, hermana, tía y prima, pero, ante todo, soy una mujer que se niega a rendirse. Mi hija, Emma Valentina, tiene apenas 3 añitos y es mi mayor razón para seguir adelante. Cada día, cuando la veo reír o cuando me dice “mamá, te amo”, se renuevan mis fuerzas para enfrentar esta enfermedad. Sueño con verla crecer, acompañarla en su primer día de escuela, estar a su lado cuando aprenda a andar en bicicleta, consolarla cuando tenga un mal día y celebrar sus logros, por pequeños que sean. Mi mayor deseo es verla convertirse en una niña de bien, educarla con valores y enseñarle que en la vida, aunque haya adversidades, siempre hay que levantarse y luchar.

Tengo sobrinos pequeños a quienes amo con todo mi corazón. Imagino el día en que puedan correr y jugar con Emma, llenando la casa de risas y alegría. Quiero estar para ellos también, verlos crecer, guiarlos, abrazarlos y compartir momentos que se convertirán en recuerdos invaluables. Pero, sobre todo, quiero vivir. Quiero seguir siendo parte de la vida de mi familia, y sé que mi propósito en este mundo aún no se ha cumplido.

Esta lucha no ha sido fácil. Hay días en los que mi cuerpo ya no puede más, en los que las lágrimas caen sin quererlo, pero mi corazón sigue fuerte. Dios me ha sostenido hasta aquí y confío en que me dará la fuerza para seguir adelante. Sin embargo, también sé que sola no puedo. Los gastos médicos, las medicinas y los tratamientos han superado todos nuestros recursos.

Hoy recurro a ti, a tu corazón solidario. Sé que vivimos tiempos difíciles, pero cualquier ayuda, por más pequeña que parezca, para mí significa vida, esperanza y un día más para estar con mi hija. Porque cada minuto cuenta, cada sonrisa de Emma me recuerda por qué no puedo ni quiero rendirme.

Si no puedes donar, te pido que me ayudes compartiendo mi historia. Tal vez alguien más pueda tenderme la mano y ayudarme a seguir luchando. No hay palabras que puedan expresar cuánto significaría para mí tu apoyo.

Gracias por leer estas palabras, por tomarte un momento para entender mi historia. Gracias por tu ayuda, por tu fe, por tu amor y por darme la oportunidad de seguir soñando con un futuro al lado de mi pequeña Emma Valentina y de toda mi familia.

Hoy más que nunca, confío en que la solidaridad, la empatía y el amor de quienes me rodean harán posible que este capítulo difícil sea solo una parte de mi historia, porque quiero vivir, quiero vencer y quiero seguir amando a los míos.

Dios los bendiga y gracias, de corazón, por ser parte de esta batalla.