AYUDA PARA GASTOS DE ENTIERRO HIJA

Tengo 57 años. Mi hija de 36 años murió de forma repentina en noviembre de 2016. En ese momento yo no tenía ahorros para hacer frente a los gastos que hay que afrontar para poder dar sepultura a mi pobre hija. Era familia vulnerable, tenía y tengo viviendo conmigo a su hijo, mi nieto de 12 años, en acogida permanente. Tuve que buscar ayuda económica, en medio de la desesperación de la pérdida de una hija tan joven. Me ayudaron mi familia y algunas personas a regañadientes y con la promesa de devolver el dinero... Hace 15 meses que murió, pero no he podido devolver nada. Mi vida es muy complicada, debido a un cáncer me despidieron de dos trabajos y no he vuelto a encontrar, hace 9 años que busco. Llevamos tanto retraso de pagos de luz, agua, gas, IBI, etc. que practicamente no podemos vivir. Estamos pagando lo debido durante dos años y lo actual, así que es muy difícil tirar para adelante. La hipoteca está paralizada de momento, pero ya queda menos para que la activen. Mi salud ha ido a peor y voy de operación en operación, aparte de arrastrar una depresión crónica y una malabsorción de sales biliares, diarreas crónicas diarias, como consecuencia de la irradiación pélvica y braquiterapia por el cáncer. Mi nieto tiene una discapacidad reconocida del 48% y necesita cuidados especiales. Estoy desesperada y siento la impotencia y la angustia de no poder salir adelante... Necesito, por lo menos, reducir la presión de la deuda con las personas a las que les debo el dinero que me costó incinerar a mi pobre hija y recuperar mi economía maltrecha. Me está pasando factura tanto agobio y siento que me faltan fuerzas y no puedo permitirlo porque mi nieto, que ahora tiene 14 años, me necesita recuperada y tranquila. Por eso he decidido pedir ayuda. Me ha costado mucho, incluso había creado hace unos días una petición aquí y la dí de baja al no ver resultados... pero he decidido no rendirme y pensar que pedir no es nada indigno, es humano! En el momento de decidir desconectar a mi hija de las máquinas en el Hospital, decidí donar sus órganos para ayudar a otras personas y familias a tener ese milagro que nosotras no tuvimos. Más tarde me comunicaron que salvaron a personas muy jóvenes con esos órganos y que sus córneas iban a devolver la vista a dos personas. Ese sentimiento fue muy especial y raro, dentro de mi pena terrible, el ser generosa había cambiado la vida de muchos jóvenes, en cierta forma me hizo sentir que algo tenía sentido. Dar reconforta! Ahora somos mi nieto y yo los que necesitamos ayuda y no me avergüenzo y la pido. Gracias a todas esas personas que son generosas y aman al prójimo.