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¡PORQUE LA MAGIA EXISTE!

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Hola amigos, familiares y gente buena del mundo…

Mi nombre es Leslye Peña, tengo 46 años, una hija preciosa de 9 años llamada Luna y vivo en Mérida, una ciudad pequeña al occidente de Venezuela. En enero de 2015 fui diagnosticada con cáncer de páncreas, con esperanza de vida de 6 meses. En febrero de ese mismo año fui sometida a una primera intervención quirúrgica en la que me realizaron una pancreatectomía parcial -me extrajeron cola y cuerpo del páncreas- y una gastrectomía parcial, retirando parte de mi estómago, que había sido infiltrado por el tumor.

 Se me aplicó tratamiento de quimioterapia (28 sesiones de quimio), reportando resultados bien alentadores, tomando en cuenta el tipo de cáncer y la magnitud del tumor. Luego de la quimioterapia y dada la respuesta positiva de mi cuerpo al tratamiento, mis doctores procedieron a medicarme con una quimioterapia por vía oral, estimando que pronto me darían de alta.

 Me sentía feliz y plena, con absoluta confianza en Dios de que pronto saldría de ese trance y mi vida volvería a la normalidad. Recibí el medicamento por vía oral desde agosto de 2016 hasta enero de 2017, mes en que desaparecieron las medicinas de mi país. Luego de 6 meses sin tratamiento, la lesión en páncreas creció desmesuradamente, infiltró de nuevo el estómago y ocupó toda la cavidad gástrica.

 Me realizaron exámenes y estudios detallados para medir el alcance y los daños por la enfermedad y me indicaron una nueva cirugía de emergencia, para retirar el estómago por completo e intentar limpiar el residual del tumor del páncreas. Buscamos el dinero, compramos en el exterior, con la ayuda de buenos amigos, el instrumental especial requerido, y la cirugía fue un éxito. Se logró extraer toda la enfermedad.

 Pese a los días en cuidados intensivos, los días de hospitalización, la dieta estricta, las limitaciones para la ingesta de alimentos, los meses con malestar para comer - vómitos y diarreas permanentes-, mi amado cuerpo y mi alma fueron adaptándose amorosamente a esta nueva fase de mi vida, recuperando milagrosamente mi proceso digestivo y mis ganas de seguir adelante.

 En la medida en que mi cuerpo sanaba, mi país enfermaba, y hoy día sufre la crisis económica, política y social más grave de su historia contemporánea. La hiper-inflación pone en riesgo a millones de familias que no tienen qué comer. Millones de padres sufren a diario sin poder llevar sustento a sus casas, y los más afectados son los niños, los ancianos y los enfermos crónicos, que requieren tratamientos de alto costo. El salario promedio de un venezolano en el país no supera los 6 dólares y un medicamento básico de control diario para la tensión arterial puede costar más de 4 dólares. 

 Me tocó enfrentar un nuevo dilema: asistir diariamente y desde la madrugada al Instituto Venezolano de Seguro Social (IVSS), servicio hospitalario venezolano donde se distribuyen los medicamentos de alto costo para pacientes crónicos. Son días de espera y colas larguísimas para recibir siempre, semana a semana, la misma información: esa medicina no llegó. No llegó para mí y no llegó para nadie; no llegó para los niños ni para los pacientes a punto de perder sus riñones y sus vidas por falta de inmunosupresores. Es desesperante y es justo el momento en que te preguntas: ¿Qué voy hacer?      

Me hice la pregunta y mi respuesta fue: elegir, elegir entre la vida y la entrega.

 Y decidí elegir por mi vida. Me tocó parar, pensar, meditar, orar… pedirle a Dios, a la Fuerza Universal, al Poder Divino, a la Energía Vital que iluminara mi vida y me indicara el camino… y su respuesta fue: INSISTIR.

 Insistir por la vida, por sus oportunidades, por el amor. Elegí ver crecer a mi hija, compartir con mi padre y mis hermanos, ver crecer a mis sobrinos, disfrutar de mi abuela y mi familia. Elegí reír, cantar, leer poesía, ver películas, ir de paseo con mis amigos.

 Por esta razón acudo a ustedes y a su buena voluntad, para que me ayuden a recaudar los fondos para realizar mi tratamiento médico. Necesito 16 sesiones de quimioterapia  y 25 sesiones de radioterapia. 

 El costo del tratamiento completo se estima en $ 3.000. Los medicamentos no se encuentran disponibles en el país y no  pueden comprarse con moneda local; solo es posible comprarlos fuera del país. Tomando en cuenta la ubicación geográfica de mi ciudad en Venezuela, adquirirlos en Cúcuta-Colombia es una buena opción.

 Me dirijo a ustedes desde mi corazón y pido su apoyo solidario para realizar mi tratamiento. Mi elección es vivir, vivir para contar sobre esta experiencia, donde cada uno de ustedes, gente de buen corazón, pasan a forman parte del poder sanador de Dios y de la magia del amor y la solidaridad.

 El dinero recaudado será utilizado exclusivamente en gastos médicos (menos los honorarios operativos de GoFundMe) y serán recibidos a través de Western Union  (o su equivalente) en Cúcuta-Colombia, donde serán retirados por mi prima-hermana. Nos comprometemos a garantizar que el proceso sea transparente para todos.

Los fondos se usarán de la siguiente manera:

$ 2500 aprox., para 16 sesiones de quimioterapia, que incluyen medicamentos y gastos de aplicación.

$ 500 aprox., para 25-28 sesiones de radioterapia, acompañada de quimioterapia por vía oral.

Estoy a su completa disposición si desean comunicarse conmigo, si tiene alguna duda o si consideran alguna otra forma de colaborar.

Gracias por su solidaridad, generosidad y compasión. 
La paz les acompañe… ¡Dios está con ustedes!
 Leslye Peña Guillén
Mérida – Venezuela
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