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Logremos que Julio vuelva a caminar

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Guatemala, Ciudad octubre de 2017. 

A Julio López se le practicó una operación de columna vertebral en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social –IGSS- (sede), debido a una hernia discal. La decisión de operarse se tomó pensando en mejorar su calidad de vida, ya que la hernia le producía constante dolor y dificultad en los movimientos de sus extremidades, pero jamás se imaginó que lejos de aliviarlo le causaría mucho más daño.

“Mi esposo, Julio López, trabaja para esa institución en el área administrativa. Es coordinador de Capacitación y Desarrollo”, cuenta Ada María Estrada, esposa de Julio López.

Los trabajadores del IGSS son afiliados de la institución, por lo que pueden acceder a sus servicios. Es por eso que Julio decide operarse en esta institución, con plena confianza en los médicos de Neurocirugía que le habían referido, se realiza la operación el 11 de agosto de 2017. Sin embargo, el día de visita, que fue el sábado 12, cuando estaba en la Unidad de Cuidados Intensivos, Ada cuenta lo siguiente, “lo llegamos a ver y nos encontramos con que no podía mover ni sentir las piernas, los pies y las manos. Preguntamos a quien se pudo en ese momento, ya que los fines de semana no hay médicos que puedan informar…. Y nos dijeron que era normal después de la operación”.

El lunes 14 de agosto los médicos le dijeron a Julio que creían que se había formado un coágulo en las prótesis que le habían colocado y que probablemente sería necesaria una segunda cirugía, pero dependía de una resonancia.

“De mal en peor”

El martes 15 de agosto, que es día de asueto en la ciudad de Guatemala, Ada María logra visitar a su esposo en el Hospital del IGSS, Sucedió algo inesperado, Ada relata ese momento, “cuál sería nuestra sorpresa cuando nos dimos cuenta de que estaba entubado, sin poder hablar, conectado a un respirador… nadie nos dijo nada, nadie sabía nada. Al preguntarle a mi esposo si lo habían operado, el movió la cabeza asintiendo. Así fue como nos enteramos de que lo habían operado. Y a nosotros, su familia, no nos notificaron absolutamente nada”.

Con la incertidumbre y preocupación del estado de salud de su esposo, Ada María y su suegra regresan al día siguiente al Hospital del IGSS y hablan con los médicos, “nos dijeron que le habían logrado quitar el coágulo y que el líquido céfalo raquídeo ya estaba circulando por la médula espinal y que eso había sido lo que había ocasionado que Julio perdiera el movimiento de sus extremidades tanto inferiores como superiores y que no nos podían garantizar que volviera a caminar. ¿Cómo es posible? Pensamos. Si él vino aquí para tener una mejor calidad de vida, y ahora nos dicen que no saben si volverá a caminar!!!!!!!”.

Julio se encontraba en el intensivo, a los cuatro días lo trasladaron de Intensivo a encamamiento  y las cosas se pusieron mucho pero mucho peor.  “Estaba muy débil y con fiebre.  Nadie daba una explicación al respecto. Estaba ulcerado de sus glúteos por la falta de movimiento” agrega Ada.

Decidieron llevarlo a Intensivo nuevamente. De acuerdo con Ada, “tenía el conteo de glóbulos blancos exageradamente alto. Tenía una infección severa, a punto de convertirse en una sepsis,  nadie sabía qué era lo que estaba pasando y los médicos por supuesto no explicaban nada. Aparte de eso, de las heridas de su cuello, las incisiones de cirugía de cervicales son en este punto salía líquido… pero nadie sabía nada….”

“En busca de una esperanza”

Cuenta Ada: “viendo que la situación en ese lugar era realmente frustrante, que querían operarlo por 3ra. vez y convencidos de la ineficiencia de los médicos y personal de ese lugar, comenzamos a buscar opciones de algún neurocirujano que pudiera y quisiera hacerse cargo del caso. No era nada sencillo, pero gracias infinitas a Dios, nos refirieron a un excelente neurocirujano que aceptó el difícil caso”.  La asesoría que el neurocirujano brindó fue necesaria para tomar la decisión de sacar a Julio del Hospital del IGSS y llevarlo a un Hospital privado.

No era nada fácil pensando que en un Hospital privado los gastos son mayores y en la situación de la familia de Ada y Julio no sería posible cubrir los gastos, sin embargo la familia únicamente pensaba en evitar el deterioro de su salud que lo podría llevar a la muerte y lograr mejorar las condiciones para las que fue sometido a una cirugía. Ada utilizó el seguro médico que tenía como beneficio en la empresa en la que trabaja, fue así como el 28 de agosto  dejó aquel lugar.  “Fue un gran alivio para nuestro corazón saber que ya no estaría más allí. Cuando fue evaluado por el neurocirujano y los médicos del hospital privado, salió a la luz en realidad todo lo que había pasado con mi esposo en ese lugar que bien puede compararse con el infierno”, comenta Ada.

El estado en que el neurocirujano encontró a Julio, sin movimientos de las piernas, movimiento de brazos con dificultad y sin fuerza, úlceras en los glúteos, neumonía, infección en el tracto urinario, sin control de esfínteres  hizo necesaria la programación urgente de una 3era. Cirugía de la columna el día 31 de agosto con el fin de reparar los daños ocasionados en cirugías anteriores.

“Una lenta recuperación”

Los médicos esperan que la lesión medular parcial, tenga una buena recuperación, consideran que no lo pueden asegurar, tampoco pueden establecer si tendrá secuelas permanentes.

Ada comenta que, “Julio tenía una apertura en la duramadre, que es la meninge que protege el sistema nervioso central  la cual se logró cerrar y no hubo más fuga de líquido cefalorraquídeo”. Además se logró controlar la infección severa  que estaba padeciendo. La movilidad de sus piernas, pies y manos, se espera sea recuperada a través de fisioterapia.

Posterior a la cirugía comenzó a presentar altas fiebres que ameritaron realizarle más exámenes para determinar la causa. Se encontró entonces que sus pulmones están afectados, dificultando la respiración, causa por la que presenta neumonía, por lo que se le están dando los antibióticos requeridos para ello, así como terapia pulmonar. “Por la condición de las úlceras en sus glúteos se está dando la atención debida y administrando antibióticos”.

La familia de Julio está más tranquila al saber que están en las manos indicadas y que deben tener paciencia en la recuperación y terapia. Su hija espera que su Padre regrese a casa. Sin embargo cada día que pasa, la cuenta del Hospital privado aumenta y no es posible para su esposa costear los gastos. Si usted puede dar un apoyo, la cantidad que sea será grande y apreciada para familia, que debe hacer frente a lo inesperado y dependen de su solidaridad y buena voluntad para salir con bien de esta situación.

Ada, Julio y su pequeña hijita necesita ayuda para lograr cubrir los costos.
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