Janeth Alexandra necesita tu ayuda

Ella es Janeth Alexandra Madriz Castro. Nuestra hija, sobrina, prima y hermana. Somos varios quienes estamos en estas palabras. Tiene una condición singular desde niña, que la obliga a tomar anticonvulsivos y otros medicamentos que permiten que los ataques epilépticos no tengan consecuencias feroces. No siempre lo logran. Hace apenas unos días Janeth se levantó para ir al baño y, muy cerca de las escaleras de su casa, sufrió una convulsión. Cayó rodando y esta vez las consecuencias fueron terribles: una fractura de fémur y de cadera, justo cuando todas las emergencias del planeta están tomadas por la pandemia. Todo esto fue el miércoles 26 de marzo a las dos de la tarde, en casa de su mamá en Valencia.

Hoy ni los hospitales ni las clínicas están atendiendo más que estrictas emergencias que pongan en riesgo la vida del paciente. A Janeth la diagnosticaron y la mandaron al Hospital Central de Valencia. No la aceptaron. No podían. Apenas le pusieron la guata y el yeso, para después decirnos que había que operarla pronto. La mandaron en la ambulancia para su casa, con el récipe de unas pastillas para evitar que se formen coágulos por la inactividad y así no suban al cerebro y pase lo peor. Es una pastilla que cuesta 9 US$, debe tomarla a diario durante tres meses y cada cajita trae solo dos pastillas. Y ahí también nos dieron el precio de la operación.

Calcularon que operarla costaría unos 6.500 US$. Investigamos mejor y entendimos que, si logramos que sea en Valencia y conseguimos comprar los insumos más la placa que deben ponerle y los tornillos, todo quedaría en unos 4.500 US$. 

No nos dieron un informe médico, sino apenas una hoja escrita a mano. Acá pueden verla, junto a todos los otros exámenes que tenemos para avalar el caso de Janeth. Sabemos que en este momento el mundo padece una crisis que nos afecta, pero no tenemos el dinero para costear esto. Toda la familia se ha unido para aliviar el costo de la emergencia y el tratamiento contra los coágulos, pero necesitamos más ayuda.

Cualquier cantidad nos servirá de mucho y aliviará el dolor que sufre Janeth: podrán imaginar en qué se traduce convulsionar en estas condiciones y el dolor por las fracturas después de cada ataque convulsivo.

Debemos ayudarla a operarse antes de que sea un daño irreversible. Aún no se nos ocurre la manera de devolver la ayuda que cada uno de ustedes pueda darnos, pero lo haremos. Mientras tanto, pedimos al Dios de cada uno que bendiga sus hogares y a sus familias. Acá puede donar lo que esté en sus manos, pero también agradeceríamos mucho si nos ayudan a difundir la causa. Gracias por leernos.